Cuando Boca soñaba con su participación al Mundial de Clubes, imaginando competir de igual a igual con las potencias europeas, un contratiempo administrativo se transformó en una preocupación mayor. La visa que Ayrton Costa necesita para ingresar a Estados Unidos fue nuevamente denegada y su presencia en el torneo está prácticamente descartada. El ex Independiente, señalado como uno de los refuerzos clave del semestre, quedó atrapado en una situación judicial compleja, cuyas consecuencias exceden el ámbito deportivo.
Desde su llegada al club, el tema estaba sobre la mesa: Costa ya había sido rechazado por las autoridades migratorias norteamericanas a fines de 2023, cuando integraba el plantel de Independiente en una gira frustrada. Entonces, la negativa se apoyó en dos causas judiciales en las que aparece como partícipe secundario: un robo vinculado a amigos suyos y un caso más grave, un femicidio en el que su hermano es el principal acusado y él figura como supuesto encubridor. Aunque ninguna de esas investigaciones avanzó formalmente en su contra, los antecedentes pesaron en su nueva solicitud.
La consecuencia es clara: el marcador central no puede viajar al país sede del Mundial de Clubes y, salvo una intervención directa de la FIFA —que ya está siendo gestionada por el club—, quedará fuera de la competencia. Boca, mientras tanto, se rearma en defensa con el regreso de Cristian Lema y la reincorporación paulatina de Nicolás Figal, pero la baja de Costa desarma el plan original. Su llegada había sido pensada como un respaldo de jerarquía para Marcos Rojo, una pieza con presencia y autoridad, que en sus primeros partidos generó buenas impresiones.
Ante este escenario, y con la Copa como objetivo prioritario, en el Consejo de Fútbol ya se preguntan si no será necesario aprovechar la ventana especial de junio para sumar otro zaguero. Herrón o quien esté al frente del plantel deberá contar con alternativas firmes en una línea que además integra Rodrigo Battaglia como comodín y los juveniles Lautaro Di Lollo y Mateo Mendia. Todo mientras se espera una respuesta que llegue desde más allá del deporte. Porque esta vez, el partido Boca lo juega en otra cancha.