un ataque a traición para robarles en una zona de extrema marginalidad

un ataque a traición para robarles en una zona de extrema marginalidad

Paloma Abigail Gallardo (16) y Josué Salvatierra (14) eran muy amigos, algunos dicen que tenían una relación todavía más estrecha. El jueves a la tarde salieron de sus casas rumbo al gimnasio. En realidad, se fueron a conversar a un campito ubicado en Avenida Calchaquí y las vías del Ferrocarril Roca, en Bosques. En ese lugar aparecieron asesinados el sábado.

Los investigadores tienen fuertes indicios de que los chicos fueron asesinados para robarles el mismo jueves a la tarde y en el mismo lugar donde encontraron los cuerpos, cerca del puente de Bosques. Y que el ataque fue sorpresivo, según dijeron fuentes de la investigación a Clarín.

Él o los asesinos –aun no identificados– se llevaron del lugar las pocas cosas que los adolescentes habían llevado: sus celulares, la mochila con un poco de plata de ella y una tarjeta SUBE.

Los dos cuerpos aparecieron uno al lado del otro. Paloma boca arriba y Josué de costado. La chica no presentaba signos de haber sido víctima de un ataque sexual y tampoco de haberse defendido. El chico sí tenía una marca en una de sus manos. Por eso creen que el asesino primero apareció desde atrás y primero golpeó a ella, después a él.

El informe preliminar de autopsia arrojó que los dos murieron producto de fracturas en su cabeza. En el lugar encontraron un trozo de asfalto grande manchada con sangre. Va a ser peritada para confirmar si se trató del arma homicida.

El caso está a cargo del fiscal Hernán Bustos Rivas, de la fiscalía descentralizada de Florencio Varela, que ordenó relevar las cámaras de seguridad de los alrededores y el recorrido que hicieron los chicos.

Según dijo una fuente del caso a Clarín, una cámara de seguridad registró que los chicos entraron al lugar el jueves a las 18 por su propia voluntad.

De esta manera, se descarta la hipótesis de que fueron al lugar obligados y también la versión de que se habían subido a un auto rojo frente a la plaza del barrio, el jueves a la noche.

Es que ese predio, que no está bien claro si es propiedad privada, del ferrocarril o la Municipalidad, es utilizado por muchas parejas para mantener relaciones. De hecho, entre la basura que hay en el lugar, está repleto de preservativos usados.

Pero de noche es un lugar donde hay “ranchadas” y consumo de drogas.

“Algún marginal los vio y aprovechó la situación para atacarlos”, dijo una fuente de la investigación sobre la principal hipótesis del caso.

Los investigadores trabajan en identificar a las personas que habitualmente paran en el lugar e interrogarlos a todos para ver si vieron algo. Allí creen que está la llave para dar con el autor del caso.