Instagram rebalsa de reels de gente que en Corea, Europa o Estados Unidos se prueba mascarillas hidratantes, serums con ácido hialurónico, cremas antiage o geles de limpieza antiacné. La mayoría de esos artículos no se consigue en Argentina.
Por el packaging llamativo, los resultados que prometen o, simplemente, porque se vuelven virales, muchas veces reactivan acá el instinto consumista. Y ese deseo se puede saciar al abrir una cuenta en Amazon, Shein u otra plataforma que permita traer -casi siempre a muy bajo costo- cada lejano producto.
Pero la novedad, además, es que esas compras cosméticas vía courier ya no van a tener que pasar por un trámite en la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) antes de hacer contacto con las pieles en Argentina.
Con la nueva disposición del Gobierno, que deja de intervenir en los trámites de autorización de ingreso al país de ítems de higiene personal y cosmética cuando se trate de importaciones para uso personal realizadas por particulares, el skin-care es “libre”.
Sea maquillaje, cremas o perfumes, las opciones van a ser más variadas que las que se encuentran en las farmacias y perfumerías locales, lo que generaría, como apuntan, a una presión local hacia la baja en los precios. Pero lo que suceda después de aplicarlos es pura y exclusiva responsabilidad de quienes compren.
Clarín consultó a ese organismo que antes controlaba todo, a una empresa especializada en e-commerce y a dos especialistas, para entender qué hay detrás de esta liberación fluida.
Qué cambió a partir de ahora
¿Es más barato y más seguro comprar cremas y otros productos cosméticos vía courier? ¿Qué es exactamente lo que ya no se controla?
“Antes de comprar por courier una crema, tenías que llenar unos formularios específicos. Ahora no se te va a molestar con eso. Vas a poder comprar libremente las cremas o los perfumes que quieras, sin que intervenga ANMAT, y siempre que no lo vendas”, dicen fuentes de ese organismo.
“La responsabilidad sobre lo que se compre recaerá en quien compra“, acentúan, porque “se considera oportuno agilizar procesos ofreciendo un balance razonable entre la libertad del usuario y la agilidad operativa”.
Pero a la vez, aclaran, “esto no quiere decir que la ANMAT no siga haciendo inspecciones de rutina o por denuncias en negocios, en busca de irregularidades”.
Seguirán con la cosmetovigilancia en los locales donde se vendan estos artículos de skincare o maquillaje importados.
Lo que cambia ahora es que ya no se exigirá el detalle a los particulares que compren afuera, pero sí siguen activos los dos formularios de “Admisión de productos cosméticos por internet”, que deben completar las empresas autorizadas para registrar los ítems de cosmética que importan.
Una vez registrados, se genera una etiqueta que discrimina el contenido y el origen de cada fórmula, que está en español en caso de que en el empaque original esté en otro idioma.
¿Es seguro comprar skin-care de afuera sin control local?
“Por un lado, teniendo en cuenta la poca disponibilidad que tenemos en el país, parece auspicioso. Pero como profesional me asusta ya que un dermocosmético necesita una cadena de trazabilidad que garantice que se mantuvieron las normas de seguridad y eficacia. La ANMAT es o era en cierta forma garantía de estas normas”, explica la dermatóloga Andrea Santos Muñoz, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología.
Celebra que vía courier se puedan conseguir productos de marcas reconocidas que no están en el país. La experta pone como ejemplos la bruma de Skinceuticals, los serums de Medik-8 y Drunk Elephant o el protector solar de Heliocare. Según chequeó Clarín en Amazon, estos artículos oscilan entre los 33 y los 79 dólares, a los que se deben sumar en muchos casos los gastos de envío. La demora de entrega es de entre dos semanas a un mes.
“Esas son marcas de renombre, que no necesitan mayor control, aunque desconfío de la logística local. Pero sí hay mucho riesgo por personajes que recomiendan rutinas de cuidado de la piel sin ninguna formación detrás y muchas veces guiados por dinero y negocios propios o ajenos”, sigue.
Apunta principalmente a la cosmética coreana, que es la gran protagonista de esos videos cortos en las redes sociales.

“Los productos coreanos tienen muchísimo marketing, como muchas otras cosas coreanas que hace años están tratando de imponer, y los felicito: K-pop o el kimchi en gastronomía, pero hay cosas espectaculares y otras que no“, distingue.
Entre los más vendidos que llegan a Argentina está un set de skincare coreano y vegano que trae un tónico, una crema y un serum a 24 dólares más 40 dólares de shipping, como se detalla, “por el envío y depósito de derechos de importación a Argentina”.
En nuestro país, sólo un serum de una reconocida marca de dermocosmética –los que se pueden comprar directamente en una farmacia– no baja de 200.000 pesos, y las cremas antiarrugas arrancan en los 100.000 pesos.
Las compras vía courier para particulares tienen ciertas limitaciones, como que los bultos no deben superar los 50 kilos cada uno ni los 3.000 dólares en total. Y hay algo muy importante: si la compra no supera los 400 dólares, sólo se paga IVA; después de eso, habrá que pagar impuestos de importación más el IVA.
Tampoco se puede comprar más de cinco veces por año, por CUIT, y en cada envío no pueden haber más de tres productos iguales.
¿Qué se paga por el producto y cuánto de impuestos al comprar skincare por Amazon o Shein?
“El Gobierno nos invita a ser plenos responsables de los productos que consumimos para uso personal, es decir, a confiar en la país de fabricación y saber interpretar los condiciones que traen impresos. Antes, la posibilidad de importar cosmética para uso personal existía, pero exigían la certificación de ANMAT y para un particular, y por unidades pequeñas, resultaba tedioso en la práctica”, explica a Clarín Guadalupe Sola, gerente de Zona Franca La Plata de Jidoka, empresa dedicada al comercio exterior.
Sola da un caso práctico: la compra por Amazon de una crema hidratante facial de primera marca que también se consigue acá de 100 ml, enviada por el servicio de courier puerta a puerta, y con una demora de entre 15 y 30 días.
“Te costaría 42,36 dólares. Eso se desglosa en el precio del producto, 9,97 dólares, el precio del envío, 20,62, y derechos de importación, 11,77 dólares. Pero si tu compra es de menos de 400 dólares, no vas a pagar los impuestos, sólo el IVA y el envío. Así, incluso pagando el envío, la crema te sale unos 30.000 pesos. Más barata que cualquier crema buena en Argentina. Y en Amazon te conviene comprarte más de una, porque está menos de 10 dólares”, detalla.
“El debate es, ¿cuál sería el problema de comprarlo por courier, si cuando viajás al exterior vas a Sephora y te comprás un producto de skincare? El riesgo es que cuando comprás vía courier no tenés acceso a saber quién es el proveedor, a diferencia de comprar en Sephora y otros locales que sí están regulados por una autoridad sanitaria“, explica a Clarín Antonela Agosto, bioquímica especializada en química cosmética que trabajó muchos años en una de las principales industrias del rubro en el país.
“Llega, te ponés el producto y ¡pum! reacción alérgica. No le podés reclamar a nadie. Esto es grave, porque no es lo mismo comprarte una pollera online que te queda mal, que comparte algo que te llevás a la piel o incluso a la vagina, porque también se pueden comprar libremente productos de higiene personal y copas menstruales”.
En cuanto a lo positivo, coincide con que “ahora todos podemos tener acceso a comprar lo que querrámos, que hayamos probado, bueno, sin limitación. Pero esto va a traer más consecuencias negativas que positivas. Esto no nos diferencia de los bazares chinos, donde muchas veces se venden productos de skincare con etiquetas truchas de ‘autorizado por ANMAT’”.
Para que realmente convenga comprar desde acá, hay que estar atentos a que Amazon no cobra el envío a partir de compras de 99 dólares, aunque en ciertos artículos. Estos productos están claramente identificados con la etiqueta “Envío GRATIS” junto al precio.
Al realizar la compra, si se cumplen las condiciones mencionadas, la opción “Envío de AmazonGlobal GRATIS” se seleccionará automáticamente durante el proceso de pago.
Amazon calcula y cobra automáticamente los impuestos y tasas de aduana al momento de la compra, lo que significa que no habrá cargos adicionales inesperados al recibir el producto en Argentina.
El costo de las tarifas de importación varía según la normativa aduanera, la categoría del producto y el precio, y el método de envío seleccionado. “En Amazon -detalla Sola- el costo de envío nada tiene que ver con las decisiones políticas, es una cuestión de distancia“.
Para tal caso existe el nomenclador de posiciones arancelarias, el cual es un sistema de clasificación de productos utilizado en el comercio internacional para identificar y categorizar la mercancía.
“En cuanto al envío, siempre va a ser caro Argentina, dependiendo del origen de la mercadería. Lo que hay que comparar es el precio de la crema en el país y lo que dice, sin impuestos, en Amazon”, cierra Sola.