ni Trump podrá acabar con ella

ni Trump podrá acabar con ella

A principios de este año, la muñeca más famosa de los EE.UU. fue protagonista de uno de los muchos titulares con que debutó la segunda presidencia de Donald Trump. Simple: Cómo Trump puede acabar con Barbie, se leía por si faltaba algo para el apocalipsis.

Como la empresa Mattel concentra el 40% de la fabricación de la muñeca en China y el 10 % en México, tras la suba de aranceles de importación a esos países, no le queda más que aumentar el precio del producto al punto de volverlo un lujo para niñas ricas.

La empresa Mattel distribuye el 40% de la fabricación de la muñeca en China y el 10 % en México.

La segunda noticia con que Mattel arrancó 2025 decía que por primera vez la versión varón de Barbie, el hegemónico Ken, se basaba en un señor de carne y hueso, el basquetbolista de Los Angeles Lakers, LeBron James.

La versión de este Ken afromaericano mide 2 centímetros más y cuesta 75 dólares, además de representar de paso a un enemigo del presidente actual. “Ir a la Casa Blanca era un honor hasta que vos llegaste”, lanzó el ícono del baloncesto en 2017, cuando X se llamaba Twitter. Sin querer, así la empresa se venga de los aumentos de Trump, convirtiendo a uno de sus opositores en el primer “kenbassador” de la marca.

Después del Pink Boom del 2023, justo tras el estreno de la película Barbie, la muñeca despertó del hábito de ser un juguete más, para ascender como ícono pop de postguerra. Una actriz como Margot Robbie encarnó a una Barbie sobre-expresiva, desafiante y feminista, que poco tenía que ver con aquel pedazo de plástico con forma de chica perfecta.

Aprovechando esa resurrección, el especialista en arte y moda italiano Massimiliano Capella festejó los 65 años de la poupée pop poniendo al día una historia sobre ella que había publicado en 2016. Efectivamente, el tomo Barbie. Celebración de un ícono acaba de traducirse al español y ya se distribuye en la Argentina.

En el análisis ultradidáctico de Capella, la clave de Barbie desde su nacimiento en 1959 fue absorber las tendencias del momento, al punto de considerarla “una difusora de la moda”. Por eso, luego de demostrar cómo la primera Barbie oficial se basó en las máximas divas de los ‘50 -Elizabeth Taylor, Marilyn Monroe y Sandra Dee-, el autor va ratificando cómo se le adaptan a la muñeca los vestidos de Marcel Rochas, Paco Rabanne, Ralph Lauren, Moschino y demás marcas.

La clave de Barbie desde 1959 fue absorber las tendencias del momento, al punto de ser “una difusora de la moda”

Cuando llegamos a esta década, se abre el debate sobre la orientación “inclusiva” de Barbie. En 2022, aparece Barbie Diversity, la versión amigable con las discapacidades. Entonces se plantea una pregunta: ¿la muñeca refleja los tipos de mujeres que existen o impone “modelos de belleza” a seguir? ¿Cómo una niña/o se identifica? Ahí radica la cuestión: quién debe parecerse a quién.