El Chelsea se llevó un revolcón ante el Flamengo, un gigante que presume de tener la afición más numerosa de Brasil, unos 40 millones de irredentos seguidores, un grande que hizo honor a su historia mirando a los ojos a uno de los gallitos de la todopoderosa Premier. Le sostuvo la mirada y le remontó (3-1) el marcador en un partido que siempre tuvieron bajo control los brasileños, un equipo experto que tiene un tamiz europeo con tipos como Danilo o Jorginho sobre el campo y Filipe Luis, el exjugador de Atlético y Deportivo, a los mandos desde la pizarra. Un equipo excelente y un entrenador novel al que no perderle la pista.
3
Agustín Rossi, Danilo, Wesley (Guillermo Varela, min. 81), Léo Pereira, Ayrton Lucas, Jorginho, Luiz Araújo (Pedro, min. 91), Erick Pulgar, Giorgian de Arrascaeta (Bruno Henrique, min. 55), Gerson (Wallace Yan, min. 81) y Gonzalo Plata (Michael, min. 91)
1

Robert Sánchez, Malo Gusto, Marc Cucurella, Trevoh Chalobah, Levi Colwill, Moisés Caicedo, Reece James (Roméo Lavia, min. 63), Enzo Fernández (Noni Madueke, min. 81), Cole Palmer (Marc Guiu, min. 81), Pedro Neto y Liam Delap (Nicolas Jackson, min. 63)
Goles
0-1 min. 12: Pedro Neto. 1-1 min. 61: Bruno Henrique. 2-1 min. 64: Danilo. 3-1 min. 82: Wallace Yan
Arbitro Iván Arcides Barton Cisneros
Tarjetas amarillas
Moisés Caicedo (min. 10), Pedro Neto (min. 22), Liam Delap (min. 46), Gerson (min. 73), Erick Pulgar (min. 84), Gonzalo Plata (min. 91)
Tarjetas rojas
Nicolas Jackson (min. 67)
Casi todo sucedió en Filadelfia bajo el control del Flamengo, que salió al campo a todo trapo y a apretar a su rival, a quitarle la pelota y golpearle. El Chelsea recibió ese prólogo con estupor, se salvó por los pelos de encajar, avisó con una galopada de Delap que estuvo cerca de marcar y golpeó en su primera oportunidad cuando Wesley y Pulgar se hicieron un nudo para bajar un pelotazo y pusieron la pelota en los pies de Pedro Neto, que tras una frenética conducción encaró a Rossi y le batió.
Le dolió el gol al Flamengo, que menos. Pero siempre supo estar en el partido y crecer a través de la pelota. Tardó casi una hora en empatar, pero debió de hacerlo antes. Por ejemplo cuando Gerson remató en el segundo palo una acción a balón parado y el central Colwill tuvo que emplearse para sacar bajo palos el balón que se colaba a la red.
Al Chelsea le faltó una vez más fútbol. Se cayó en la segunda parte, pero ya antes del descanso había dejado malas sensaciones por más que el marcador en ventaja le ofreciese una coartada. Incluso pudo dejar el partido casi encarrilado nada más volver del receso cuando otro balón largo generó un nuevo incendio en la defensa del Flamengo, que a punto estuvo de marcarse un gol en propia puerta. Pero el partido había virado ya del todo. Gonzalo Plata, aquel ecuatoriano que pasó por el Valladolid, tuvo el empate. Lo evitó Robert Sánchez, felino, pero sin opciones para zafarse de los dos sopapos que propinó el equipo de Río de Janeiro en menos de tres minutos. Filipe había tomado decisiones. Sacó del campo a De Arrascaeta, habitual faro del equipo, pero que en esta ocasión estaba sin luces. Y llamó al campo a Bruno Henrique, que marcó un gol, dio otro y fue elegido como mejor jugador del partido. Anotó también Danilo, que ahora es un experimentado central, tras un saque de esquina. Y puso la rúbrica Wallace Yan, otro atacante que salió del banquillo.
La presumible reacción del Chelsea se lastró cuando tras encajar los dos primeros goles se quedaron en inferioridad numérica. Nicolas Jackson saltó al campo pasado de vueltas y en su primera acción clavó los tacos de la bota de su pie derecho en una tibia de Ayrton Lucas. El árbitro salvadoreño le mandó a la ducha. Enzo Maresca, que al final aseguró que aprovechó el partido para hacer pruebas de cara a la campaña venidera, maniobró desde el banquillo del Chelsea, vació el mediocampo y pobló el área de delanteros. Buscó sus opciones a la tremenda y las encontró con dos faltas al borde del área que sus jugadores no aprovecharon. Se gustó el Flamengo hasta el final, siempre con el soporte de su hinchada, mayoritaria en la grada. Y en el ambiente quedó un curioso regusto porque en ese contraste entre Europa y América y los dos mundos futbolísticos dio la sensación de que el millonario Chelsea tuvo sobre el campo peores futbolistas que el Flamengo.