“Ayer, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al brote del nuevo coronavirus como una pandemia”. Con esa frase, dicha apenas comenzó la cadena nacional del 13 de marzo de 2020, el ex presidente Alberto Fernández justificó la decisión de iniciar el confinamiento en Argentina por el coronavirus.
Desde ahí en adelante, toda decisión de salud a nivel gobierno -desde qué vacunas aplicar hasta a quién hisopar- empezó con “según las recomendaciones de la OMS”.
Casi cinco años después de ese primer mensaje presidencial y en sintonía con la decisión que días atrás tomó Donald Trump para Estados Unidos, el Gobierno de Javier Milei anunció este miércoles que Argentina se va de la OMS.
Justamente, como dijo el magnate republicano, se anuncia tras duras críticas sobre cómo el organismo se manejó durante la crisis del covid-19. Incluso antes de llegar a la Presidencia, Milei se mostró como un crítico acérrimo de la OMS por sus recomendaciones.
¿Qué significa salirse de la OMS?
“El presidente Javier Milei instruyó al canciller Gerardo Werthein para retirar a la Argentina de la OMS. La misma se sustenta en las profundas diferencias respecto a la gestión sanitaria durante la pandemia, que junto al Gobierno de Alberto Fernández nos llevaron al encierro más grande de la humanidad”, sostuvo el vocero presidencial, Manuel Adorni.
En el anuncio se afirmó que la medida no representa pérdida de fondos para el país.
“Le da al país mayor flexibilidad para implementar políticas adaptadas al contexto de intereses que requiere Argentina, mayor disponibilidad de recursos y reafirma nuestro camino de soberanía también en materia de salud”, amplió Adorni.
Desde el Ministerio de Salud de la Nación explicaron a Clarín por qué esta salida no tiene implicancias económicas.
“Los vínculos materiales, en algún punto, por los pedidos que se puedan hacer (para medicaciones de alto costo o vacunas) son a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que depende de la Organización de Estados Americano (OEA). Con lo cual, irnos de OMS no es irnos de OPS”, detallan desde la cartera sanitaria nacional.
Esa es la gran crítica de quienes rechazan este NO a la OMS. Es que los Fondos Rotatorios Regionales (FRR) de la OPS son mecanismos de cooperación técnica que permiten a los países de las Américas acceder a vacunas a precios más convenientes para los estados miembros.
Uno de esos fondos en particular tomó popularidad en Argentina en la pandemia: el mecanismo COVAX, que en las primeras tres tandas trajo 800.000 vacunas contra el covid.
“La compra de medicamentos, vacunas e insumos por esa vía va a seguir vigente. No va a haber problema ni para el Ministerio de Salud ni para los estados provinciales, que también están empezando a usar los fondos rotatorios para comprar insumos”, siguen desde ese ministerio.
Desde el equipo de Mario Lugones, ministro de Salud de la Nación, dicen a Clarín que Casa Rosada ya instruyó al ministerio a que empiece con los informes técnicos de las implicancias de salir de la OMS.
Anticipan que ya se envió una solicitud de informes a la ANMAT y a ANALIS-MALBRÁN, que entienden “que son las dependencias que pueden tener un impedimento en el funcionamiento”, y anticipan que desde Malbrán “dijeron que van a hacer un informe técnico” y que Anmat “ya dijo que la salida de la OMS no ofrece ninguna implicancia”.
Una salida, por ahora, anunciada
“Es una decisión lamentable y profundamente equivocada del Gobierno, tomada, a mi juicio, sin mucho análisis ni consideraciones sanitarias, sin mencionar que es un tremendo error político y estratégico”, le dice a Clarín Adolfo Rubinstein, ex ministro de Salud de la Nación durante la gestión de Mauricio Macri y director del Centro de Implementación e Innovación en Políticas de Salud (CIIPS).
En medio de su propia crítica y la de otros opositores a la salida de la OMS, Rubinstein aclara que “es grave porque es quedarse afuera de las políticas sanitarias a nivel global y ni que hablar si esto se extiende a salir de la OPS”.
Si bien, dice, “COVAX no fue importante en Argentina, porque en pandemia en Latinoamérica cada país se manejó en forma individual con casi nulo comportamiento y políticas solidarias”, al salir de la OMS “podría haber una desvinculación de acuerdos internacionales de salud, como del Reglamento Sanitario Internacional (RSI), que establece medidas para la prevención y respuesta a emergencias de salud globales”.
Además, Rubinstein habla de un impacto desfavorable más administrativo: “En la cooperación científica y regulatoria, como la reducción en la capacidad de participar en proyectos de investigación globales en salud pública, o dificultades para que organismos regulatorios de Argentina sean reconocidos internacionalmente, por ejemplo, para la certificación de medicamentos y vacunas”.
También se habla de que la salida, por ahora, sólo es un anuncio.
“Argentina no podría salir de la OMS unilateralmente por decreto sin incurrir en conflictos jurídicos internos e internacionales. Porque su adhesión es un tratado internacional. La única vía constitucionalmente válida sería a través del Congreso Nacional, lo que complica significativamente la posibilidad de una salida exprés de la organización”, detallan desde la CIIPS.
El ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós, mostró cierto reparo con esta decisión. “Más allá de la OMS, o como se llame la institución, es muy importante tener una institución de coordinación (…) y todavía no hemos escuchado cuál es la propuesta de coordinación que vamos a tener para adelante. Las políticas de coordinación son indispensables en los períodos pandémicos que estamos viviendo”, dijo en declaraciones a El Observador.
Ruben Torres, presidente de la Federación Latinoamericana de Hospitales, dice a Clarín que hay dos perspectivas a tener en cuenta en esta salida.
“La primera es que la salida de la OMS no implica automáticamente la salida de la OPS, que es su rama regional en cuestiones de salud. Así que el beneficio del 15% en la compra de vacunas, no se caería. La segunda perspectiva es que salir de la OMS es perder condiciones de la multilateralidad que son muy útiles ante desastres naturales, no tendríamos esa ayuda”, marca Torres.
Respecto al manejo de la OMS en la pandemia, coincide con que “es probable que en el organismo haya problemas políticos y burocráticos, pero la solución no es salir, es aportar para mejorar esas cuestiones, porque los datos que mundialmente se encarga de conseguir la OMS sirven para la toma de decisiones en cuestiones de salud a nivel mundial ¿Quién lo haría si no lo hacen ellos?”.