“Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”, le dice entre risas, en un mensaje de voz, Ana María Alvarez (85) a su nieto Ivo Tortajada (25). Y concluye: “Aguante Platense, puto… -más risas-. Quedate tranquilo Ivo, yo también maté a mi abuela estando en el secundario. Es una tradición que viene de familia”.
Porteño, del barrio de Saavedra, Ivo es el protagonista de una historia de pasión que se viralizó en las últimas horas. A la salida del estadio Madre de Ciudades, en Santiago del Estero, Platense acababa de consagrarse campeón por primera vez de la máxima categoría en sus 120 años de historia.
“Me echaron del laburo por venir a ver a Platense”, desembucha eufórico ante una cámara de tevé que se le cruza. “Dije que se había muerto mi abuela, que tenía que viajar a Mendoza, donde ella vive. Pero se enteraron que mi abuela estaba bien, que en realidad me iba a ver a Platense y me rajaron. Valió ciento por ciento la pena”. El video con esas palabras, que se hizo viral, termina con una exclamación poco feliz: “Francisco, la c… de tu madre… ¡Aguante Platense, carajo!”.
Este es el preámbulo de un cuento que necesita ordenar algunas piezas que, a priori, pueden confundir. Ivo trabaja como encargado de “Maradona 10”, el primer restaurante oficial del Diego, ubicado en el Barrio Chino. Su dueño es Francisco García Moritán -hermano de Roberto-, el destinatario del improperio con el que concluye el video. Ivo trabajaba, perdón: el sábado fue despedido por Lucila García Moritán, responsable de Recursos Humanos del restó. “Lo mejor será que no sigas trabajando con nosotros”, frase que impactó en el hincha Calamar justo cuando estaba poniendo un pie en el micro rumbo a Santiago del Estero.
Socio de Platense desde hace siete años, fiel seguidor, Ivo nunca imaginó que su amado equipo iba a sortear los “mata-mata” ante Racing, River y San Lorenzo, dejándolos eliminados en todos los casos de visitante. “El partido contra San Lorenzo lo vi con mi hermano Alvaro en el restaurante, mientras laburaba. Unos minutos antes de que terminara, ganábamos 1 a 0, empecé a buscar vuelos a Santiago del Estero y no encontré nada conveniente. Pero días después compré la entrada y, con mi hermano, nos decidimos por el viaje en micro… ¡16 horas cada tramo!”.
Se embaló tanto Ivo que nunca pensó en que trabajaba bajo relación de dependencia y debe rendir cuentas. Pese a su corta edad, también es emprendedor y tiene, aparte, un local de bebidas. “Después caí en que tenía que avisar en el laburo, pero a la vez no me daba para decir ‘gente, me voy a ver a Platense’. No sé, pensé que no me iban a entender, además llevaba trabajando unos tres meses. Por eso me inventé que mi abuela estaba mal de salud y que la cosa no andaba bien y, finalmente, se murió. Fui a full con esa historia y le pedí a Lorena, mi colega, la otra encargada, si me podía cubrir, que yo le devolvería el favor la semana siguiente. Me dijo que sí, que todo bien, que ella también sufrió cuidando a una abuela enferma”.
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Ivo Tortajada, lo echaron por ir a ver a Platense y ahora tiene que buscar trabajo
Hasta el jueves de la semana pasada, parecía encaminada la travesía a Santiago y la “mentirita piadosa” había surtido efecto. Con el pasaje en micro, la entrada para la final y el reemplazo laboral conseguido, todo iba de perillas para Ivo, hasta que un mensaje por whatsapp lo “invita” a una reunión urgente el viernes después del mediodía. “Yo tenía prevista la partida a las dos de la tarde del sábado, desde Tecnópolis. El viernes yo iba a trabajar normalmente, pero fui un rato antes para esta reunión de último momento de la que no tenía mucha idea el motivo”..
La reunión fue en el mismo restaurante, todo parecía tranquilo hasta que una superior le hizo una pregunta a Ivo que resultó una daga: “Necesito saber: ¿es verdad lo de tu abuela que se está muriendo, o te vas a hacer otra cosa? Porque escuchamos un audio que dice lo contrario”. Sintió Ivo que su rostro se desfiguraba de la vergüenza. “No sabía dónde meterme, no entendía nada, me agarró descolocado, pero de alguna manera me mantuve en la mía, la sostuve como podía. ‘Todo es cierto, el estado de salud de mi abuela no es bueno, lo que no es verdad es que me voy a verla’, atiné a decir”.

“Escuchamos un audio”, se repetía varias veces Ivo por lo bajo. ¿A qué audio se referían las autoridades del restó Maradona (10)? Y le cayó la ficha: su teléfono tiene algunos inconvenientes en el sonido, por lo que se le dificulta escuchar los mensajes. “Me mandé el mensaje al teléfono del restaurante -que usan todos- para escucharlo y quedó ahí”.
“Son dos días, tampoco es para tanto… También podrías haberte conseguido un certificado de salud trucho y faltás… Por lo menos le agregás un poco de épica familiar. Eso sí, tené cuidado con el tema redes, por si tenés a tu jefe o algún compañero que te sigue, y tené un poco de chamuyo por si te llegan a preguntar por la abuela”. Este es el audio de Juan, su primo, que llegó a oídos de los jefes de Ivo.
“Lo escucharon y esa mentirita piadosa se hizo una bola enorme. Para colmo, para la administradora general soy un grano en el culo. Desde que entré que le caigo mal porque soy un pibe de tomar la iniciativa, de proponer ideas, de cortarme solo… porque soy un emprendedor natural, pero a ella le caí pésimo desde el vamos”.

Subió la temperatura en la reunión después de que se develara el secreto de Ivo. “Lo primero que hice fue no desesperarme. Sabía que viajar a ver a Platense lo iba a hacer de una forma u otra. Le pedí perdón a la chica que me iba a reemplazar que, después de enterarse que mi abuela estaba bien, me dijo que no me iba a cubrir. La entendí y le pedí que me entendiera. Y la hermana del dueño me dijo que estudiarían mi situación”. ¿Francisco? “No estaba, él la ligo con mi exabrupto, pero no tenía nada que ver. Le pido disculpas por aquí también”.
Siente Ivo que dio lo mejor como encargado del restaurante. “Creo que si me eligieron con apenas 25 años y sin experiencia, es por algo de mí les interesaba. Yo tengo manejo de grupo, soy de proponer ideas, creo que soy una persona positiva, pero los colores son más fuertes, viste… Platense a la final, ¡qué se yo cuando se volverá a dar! Creo que la medida que tomaron fue exagerada.
La viralización del video generó algo impensado: que el Instagram de Maradona (10) se arrebatara de mensajes denostando el restaurante y “si el Diego viviera se pudriría todo” o “ustedes no entienden nada de lo que es el amor por una camiseta” y otros saluditos simpáticos. Lo cierto es que desde la empresa buscaron algún tipo de acercamiento para limar asperezas. “Yo había decidido no volver, ya el vínculo se había desgastado más de la cuenta”.
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El divertido video del hincha que echaron por ir a ver a Platense y volvió a su ex trabajo a festejar
Sin embargo, ninguna de las partes quería terminar mal, con lo que se pusieron de acuerdo para hacer un video happy end parodiando el “hermosa mañana” de Francella. “Fui a hacerlo y la verdad que quedó piola, porque el restaurante también sacó provecho”.
La secuencia muestra a Ivo llegando a Maradona (10) con la camiseta calamar y una cliente lo reconoce: “Pero, ¿vos no sos el que echaron por ir a ver a Platense?”. “Sí, soy yo, por eso me vine a festejar al Maradona porque… ¡aguante Maradona y aguante Platense, puto…”. Acto seguido, la cámara hace foco en una pantalla donde se ven los festejos en el Madre de Ciudades y luego a Ivo saltando y cantando.
Lo más curioso fue la cantidad de ofertas de trabajo que le llegaron al ahora desempleado Ivo. “No lo podía creer, casi todas vinculadas al mundo de la gastronomía, pero la más seductora es la que me hizo Lea Di Mare, chef del Alvear Grill que, fana de Platense, se sintió identificado y me propuso sumarme a un proyecto que tiene que ver con una pizzería. Me interesó, así que seguimos en contacto, algo vamos a concretar”.
En tren de sueños, a Ivo le encantaría “trabajar en Platense para hacer lo que sea. Siento que puedo aportar ideas, como dije, soy un emprendedor nato. Sería grandioso”. Así termina el cuento entre Ivo y el Maradona (10). En medio del inolvidable festejo y un video para recomponer vínculos, se le consultó sobre qué pasaría si lo volvieran a llamar. “No aceptaría, ciclo cumplido”.