el día que el polvo de ladrillo fue azul

el día que el polvo de ladrillo fue azul

El mundo del tenis pone sus ojos por estos días en Madrid, sede de los ATP 1000 y WTA 1000 en los que juegan los mejores del mundo a excepción del suspendido Jannick Sinner, nada menos. Y la mirada en la capital española trae el recuerdo inoxidable de aquel 2012 y del polvo de ladrillo… azul. Tiempos en los que Ion Tiriac era el dueño del torneo, que años más tarde se lo vendería a IMG.

El rumano, además de saber de tenis, siempre estuvo un paso adelante en los negocios. Y en el marketing. Fue él, por ejemplo, quien utilizó modelos -11 hombres y 11 mujeres- como ball kids en el horario central de la cancha central y fue él a quien se le ocurrió transformar el anaranjado del ladrillo en un azul bien intenso. La experiencia duró apenas un año pero todos hablaron de ella. Algunos lo hicieron en tono de broma como Juan Ignacio Chela, quien posteó: “Están investigando si para hacer las canchas hubo una masacre de pitufos o una orgía de avatars”.

Otros no lo hicieron con críticas positivas, justamente. El propio Rafael Nadal, quien tiene el récord de títulos (cinco) y partidos ganados (59) en Madrid, puso el grito en el cielo. Al mallorquín no le gustó nada el color del polvo de ladrillo y no ahorró críticas una vez que fue eliminado por Fernando Verdasco en los octavos de final. “Este es el torneo de la temporada de tierra cuya superficie es menos parecida a la tierra”, disparó el mallorquín.

“Hay que innovar y asumir los riesgos”, dijo Tiriac, quien además justificó el azul porque muchos deportes se habían volcado a ese color para mejorar la visibilidad de la televisación. El punto es que aquel polvo de ladrillo, al pasar por el proceso del teñido, se hizo más fino y, por consiguiente, la superficie resultó más rápida. A ese factor hubo que sumarle la altura de Madrid -700 metros sobre el nivel del mar- y entonces la experiencia le vino bárbaro a Roger Federer, que terminó levantando el título. ¿Qué pasó en 2013? Lo obvio: Tiriac volvió al polvo de ladrillo tradicional. Su objetivo ya estaba cumplido.