El crimen de “Don Mario” Villanueva Moure (79), el jubilado que murió este 12 de mayo durante un robo en su casa del barrio de Parque Chacabuco, tiene un nuevo detenido: a la cuidadora de la víctima que se sospecha actuó como “entregadora” se sumó un ex cuñado de la mujer, que se presentó en la comisaría de San Miguel.
De acuerdo a las fuentes judiciales, este sospechoso tiene 31 años y era buscado por los investigadores como uno de los ladrones que asaltaron a “Don Mario”, quien falleció por una arritmia.
Sin embargo, los médicos que practicaron la autopsia establecieron que el jubilado presentaba lesiones en “la región del rostro, brazos, muslo izquierdo y pie derecho”, producto, presumiblemente, de los golpes recibidos.
“La causa de la muerte debe necesariamente ser apreciada considerando que se trataba de un paciente de casi 80 años, con una importante patología cerebral secuelar de antigua data, con una cardiopatía hipertrófica y dilatada, que evidentemente, padece la acción lesiva relatada, la cual, si bien no tiene como se dijo una entidad para lesionar en forma importante, ha producido indudablemente una situación de stress, determinando una alteración del ritmo cardiaco, o sea una arritmia, que a juicio del firmante ha sido la determinante del deceso del mismo”, indica el informe judicial.
Para los peritos, si Villanueva Moure no hubiera padecido “el momento de tensión que se estima como probable a determinadas horas de la madrugada, probablemente no hubiera padecido la situación descripta y es altamente probable que no se hubiera producido el rápido deceso ya referido”.
Por su parte, le nuevo detenido quedó a disposición del juez Nacional en lo Criminal y Correccional 28 Martín Del Viso.
En el expediente también interviene la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°9, a cargo de Lucio Herrera (h), quien espera que este sospechoso aporte algún dato para identificar a otros posibles implicados, dado que la principal hipótesis apunta a que fueron al menos dos los ladrones que entraron a robar al domicilio de “Don Mario” y lo golpearon.
Según indicó la fiscalía, la cuidadora de la víctima, una joven de 20 años, es la ex cuñada de este nuevo imputado y se convirtió en la primera detenida de la causa, bajo la sospecha de haber actuado como “entregadora” y facilitarles el acceso a los asaltantes. Al parecer, los ingresos a la vivienda no había sido violentados e ingresaron trepando una reja.
Mario Villanueva Moure dormía en su vivienda de dos plantas ubicada en Del Barco Centenera, casi esquina José Manuel Estrada. Alrededor de las 2.30 del 12 de mayo fue sorprendido presuntamente por el hombre y, al menos, un cómplice, quienes lo golpearon y lo encerraron junto a su cuidadora en otra habitación en la que el jubilado se descompensó y finalmente murió.
Tras revolver la vivienda en busca de objetos de valor y dinero, los asaltantes escaparon, mientras que la cuidadora salió instantes después a pedir ayuda a los vecinos que llamaron al 911.
Al lugar del hecho arribó personal de la Comisaría Vecinal 7B de Policía de la Ciudad y del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) que constataron la muerte de la víctima. También trabajaron los oficiales de la División Homicidios.
El mismo día del hecho, Guillermo, un vecino de la víctima, dejó entrever a la prensa que la cuidadora estaba involucrada, ya que dijo no comprender cómo es que logró salir de dónde estaba encerrada.
Además, insinuó que pudo haber ayudado a abrir “una segunda puerta” de la vivienda para que los delincuentes pudieran ingresar.
Según testimonios de vecinos, “Don Mario”, un ex empleado de la aerolínea Iberia, era viudo y vivía en el barrio hace muchos años. Tenía dos hijos y padecía las secuelas motrices de un ACV.
Este jubilado español era “muy querido” en el barrio, el cual se caracteriza por las casas bajas y añosas, frondosas arboledas, poco tránsito y una atmósfera muy familiar.
“Acá todos nos conocemos, todos somos hijos y nietos de quienes viven o vivieron de toda la vida. Tenemos un chat en el que estamos comunicados y por lo general reina la calma. Lo que pasó aquí enfrente no tiene nada que ver con la actualidad del barrio. Hay rateros, sí, pero nunca un muerto que yo recuerde”, contó a Clarín, poco después de conocido el crimen, Liliana Finaroli, que luce atemorizada.