En el siglo XXI, parece que la moda viaja a la Luna. Así, como en los años 60 fue furor que los diseñadores de indumentaria tomaran prestada la estética espacial para emularla sobre la pasarela -tanto en la apariencia de los materiales como en las morfologías que usaban- ahora, en el reverso, los creadores de moda (y también los de vestuario cinematográfico), son los solicitados para pergeñar los trajes que vestirán a los astronautas de esta era.
Algo que, en tiempos de metaverso, invierte la remanida idea de que la realidad supera a la ficción. Por el contrario: lo ficticio -ya sea creado para la escena fashion o para la pantalla- se mete de lleno en las necesidades y los desafíos tecnológicos que implica el diseño de atuendos para las exploraciones al espacio.
Además, resulta novedoso, no solo por la impronta de estos trajes, sino porque logra que marcas y hacedores más bien habituados a lo extraordinario y glamoroso, vistan, o disfracen, según el caso, decisiones que involucran a investigadores, científicos y gobiernos.
Y si entre los primeros, hace más de seis décadas, fueron Pierre Cardin, André Courrèges y Paco Rabanne, los principales impulsores de la space age en la moda, con el ojo comercial puesto en el suceso del alunizaje en 1969.Cosmocorps, la legendaria colección de Pierre Cardin fue revisitada en 2022 por la firma como homenaje al creador pionero en el tema. A su vez, Rodrigo Basilicati-Cardin, sobrino del célebre modisto y CEO de la empresa, también incursionó en el desarrollo de trajes galácticos. Se trata de una colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA), cuyo destino será otra misión lunar.
Después llegó el turno de Thierry Mugler en los años 80 y, ya en este siglo, Karl Lagerfeld no solo mixturó los hits vestimentarios de Chanel con referencias galácticas, sino que se atrevió a incluir un cohete como parte de la performance del desfile en el Grand Palais en París en 2017.
Ahora, en cambio, las colecciones de moda y los atuendos usados en el cine y otras ficciones, son el foco de interés para las próximas expediciones; tanto la de SpaceX, la compañía liderada por el omnipresente Elon Musk, lo mismo la misión Artemis III de la NASA prevista para explorar el Polo Sur de la Luna.
Los primeros impulsores del space age en la moda fueron Pierre Cardin, André Courreges y Paco Rabanne.
En esta última se involucró Prada. La legendaria marca italiana, con más de 110 años en el mercado fashion, será parte de la travesía al fusionar su extenso conocimiento en materiales y el savoir faire en la vestimenta, con los de la empresa espacial Axiom Space. ¿El resultado? Axiom Extravehicular Mobility Unit (AxEMU), el diseño que fue presentado en el Congreso Astronáutico Internacional en Italia, y luego tuvo su versión a modo instalación voladora en la Galleria Vittorio Emanuele II de Milán.
Confeccionado en un textil blanco que refleja el calor y da protección ante las temperaturas extremas y el polvo lunar, cuenta, además, con detalles laterales y frontales de rayas rojas, que inevitablemente se asocian a Prada Línea Rossa; la colección que unió moda y deporte, a propósito de la participación en la Copa América de vela en 1997.
Esta creación, que este año entra en la fase crítica de revisión, también promete mejoras en los revestimientos del casco y la visera, lo mismo los guantes personalizados. Y anticipa que les permitirá realizar una caminata espacial de por lo menos ocho horas.
Además, se adapta a diferentes miembros de la tripulación, algo que puede ser parangonado con los imperativos de la moda actual con foco en los cuerpos diversos y sin distinción de género. Indispensable si se tiene en cuenta que Christina Koch, será la primera astronauta mujer en llegar a la Luna.
Los nuevos trajes de astronautas se piensan como “una segunda piel”.
![Prada estiliza al típico astronauta.](https://www.clarin.com/img/2025/02/04/lGkEALymB_720x0__1.jpg)
Ficciones
La parafernalia hollywoodense no se queda atrás y también se atreve al espacio. Ese es el caso de José Fernández, el reconocido diseñador de vestuario mexicano quien despuntó por sus trabajos en Alicia en el país de las maravillas de Tim Burton, Pantera Negra, Los Cuatro Fantásticos y Batman por siempre, entre otros filmes.
Trascendió que Fernández fue convocado por Elon Musk a participar de un concurso para crear los trajes espaciales destinados a las misiones de SpaceX, propiedad del sudafricano, obsesionado con la idea de que a futuro cualquier ser humano pueda emprender un viaje turístico al espacio.
Según la BBC, Starman es el nombre del diseño que portaron los experimentados astronautas Robert Behnken y Douglas Hurley para el lanzamiento Crew Dragon a la Estación Espacial Internacional, durante la pandemia del 2020.
Y ese habría sido el mismo modelo de atuendo, que antes vistió el maniquí que viajó al espacio en un auto Tesla Roadster deportivo rojo, como carga del cohete Falcon Heavy. Otro berretín ultra viralizado de Musk, al que se lo puede seguir online y ver qué fase del viaje está transitando.
¿Cómo está hecho? Conformado por una sola pieza, es también blanco, de apariencia minimalista. Posee un casco en impresión 3D con un micrófono integrado y guantes acordes a las pantallas táctiles. Y si bien no puede ser usado para dar paseos espaciales, sí cuenta con la tecnología ante una posible despresurización, como los trajes color naranja de antaño, pero sofisticados.
Más allá de las características de cada uno de estos productos, si se los lee bajo la lupa del diseño de esta era que, a grandes rasgos, está signado por la sustentabilidad y la aparición de nuevos materiales, ¿qué será lo indispensable para los desarrollos del futuro?
![El autohomenaje de Pierre Cardin: su colección Cosmocorps de los '60.](https://www.clarin.com/img/2025/02/04/xRf4mJToM_720x0__1.jpg)
“Las tecnologías que ayuden a hacerlos más ágiles, cómodos y livianos”, dice Guillermo Trotti, arquitecto argentino experto en diseños espaciales, quien supo ser consultor para la NASA y profesor en la Universidad de Houston. “Se va a tener que miniaturizar todo lo referente a los sistemas que mantienen la atmósfera dentro de los trajes”, amplía y aclara que, además, van a ser necesarios avances en materia de estructuras para poder lograr un modelo Extravehicular Activity (EVA) que ayude, acelere, y no limite a los astronautas en la exploración de las superficies, sea en la Luna o Marte.
Trotti se basa en su propia experiencia. Él, junto a su esposa, investigadora astronómica y directora del MIT Media Lab, Dava Newman, son las mentes brillantes que durante la última década revolucionaron el escenario del diseño espacial con la propuesta del BioSuit™.
Este prototipo, que antecede a los atuendos de origen fashion o cinematográficos mencionados, fue pensado como una “segunda piel”. Y, entre otros hallazgos, se caracterizó por dejar atrás la idea de los trajes hiperbolizados y pesados, para priorizar la protección y por sobre todo la movilidad. Una de las premisas es, justamente, poder alcanzar más libertad de movimiento, aunque minimizando la energía que usa el astronauta.
![Los prototipos de Space X, la empresa aeroespacial de Elon Musk.](https://www.clarin.com/img/2025/02/04/5I0JAFZLV_720x0__1.jpg)
¿El plus? La tecnología de este traje podría ser aprovechada en la tierra, si, por ejemplo, se utiliza en aplicaciones médicas destinadas a personas que padecen enfermedades con consecuencias en la locomoción. Valga la referencia: BioSuit™ se exhibió en la muestra Superheroes realizada en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York en 2008, también en Bienal de Venecia y en el Victoria and Albert Museum de Londres, entre otros.
Respecto a esto último, no quedan dudas que una de las cuestiones centrales de la vestimenta, y de estos trajes, es el rol social y el propósito que acompañan, más allá de los artilugios marketineros y la fantasía que puedan provocar la pasarela o la pantalla. Tanto cuando son diseñados para los personajes que componen una colección de moda, como los pensados originalmente para una serie o película, lo mismo y, sobre todo; los destinados a las exploraciones espaciales.
Un casco fue el artefacto que definitivamente conmovió a Elon Musk. Ese diseño es el que pudo hacer José Fernández en tan solo dos semanas, cuando fue invitado a concursar para los atuendos en torno a la misión de SpaceX. Claro que el creador mexicano ya tenía una amplia experiencia en este tipo de accesorios, basta con recordar que es el autor no solo de los cascos sino de los outfits completos -más bien de sastrería- que los músicos franceses de Daft Punk ostentaron en la alfombra roja de los Grammy 2014. En el ámbito musical también contribuyó para los vestuarios performáticos de Will.i.am y Niño Kudi, entre otros artistas.
José Fernández, el diseñador mexicano, fascinó a Elon Musk con los modelos de cascos.
![El dúo Daft Punk y los cascos que fascinaron a Musk.](https://www.clarin.com/img/2025/02/04/X5MOHARbJ_720x0__1.jpg)
Diseño de futuros
“Esta corriente proyectual nació a principios del siglo XXI, como vertiente del design fiction”, recurre Laura Novik, directora del Laboratorio Futuros Atlántida y profesora de Prospectiva y Tendencias en Diseño en la Universidad de San Andrés, para reflexionar sobre colaboraciones como la de José Fernández con SpaceX.
“El género de ciencia ficción además de introducir conceptos innovadores, puede modelar el futuro al guiar el desarrollo de las tecnologías”, advierte. Y reconoce que existe un diseño de futuros que tiene una mirada crítica del presente, y procura soluciones sostenibles, como, por ejemplo, el caso del eco-hábitat Marsha, creado por el estudio de arquitectura AI Space Factory para el concurso Desafío Centenario de la NASA. “Y otras veces, pone en evidencia el potencial para estimular la imaginación de una sociedad anestesiada por el consumismo y la sobreproducción que destruye la Tierra -profundiza Novik-, ofreciendo una visión esperanzadora de una vida en Marte”, concluye.