Milei se reunió con el Papa León XIV | Primer encuentro oficial con el Sumo Pontífice

Milei se reunió con el Papa León XIV | Primer encuentro oficial con el Sumo Pontífice

El presidente Javier Milei se reunió hoy en el Vaticano con el flamante papa León XIV. La audiencia oficial se dio después del faltazo del mandatario argentino a la asunción del sucesor de Francisco, el 18 de mayo, cuando priorizó la elección en la ciudad de Buenos Aires. Tras el encuentro, la Santa Sede difundió un comunicado en el que informó que se habló sobre “la lucha contra la pobreza y el compromiso en favor de la cohesión social”, y la importancia de un compromiso urgente en favor de la paz. El vocero Manuel Adorni, por su parte, anunció desde las redes sociales que el nuevo papa visitará la Argentina.

El Presidente visitó el Vaticano junto a una comitiva formada por su hermana Karina Miei, secretaria general de la presidencia, el canciller Gerardo Werthein, el embajador argentino ante la Santa Sede, Luis Pablo Beltramino, y el vocero Adorni, legislador porteño electo. Milei fue recibido a primera hora de la mañana (madrugada argentina) con los honores de jefe de Estado. El Papa lo recibió con un apretón de manos y ambos entraron a la biblioteca, en el tercer piso del Palacio Apostólico, y se sentaron frente a frente el mismo escritorio donde lo recibió antes Francisco.

“Durante las cordiales conversaciones mantenidas en la Secretaría de Estado, se reiteró el mutuo aprecio por las sólidas relaciones bilaterales y la voluntad de reforzarlas aún más. Seguidamente, se abordaron cuestiones de interés común, entre ellas la evolución socioeconómica, la lucha contra la pobreza y el compromiso en favor de la cohesión social”, informó la Santa Sede. “Por último, se dialogó sobre algunos temas de carácter sociopolítico regional e internacional, prestando especial atención a los conflictos en curso y destacando la importancia de un compromiso urgente en favor de la paz”, añadió.

Tras ese encuentro, que en total duró 45 minutos, el papa saludó al resto de la comitiva, le mostró antiguos documentos de la biblioteca vaticana y posaron para la foto. El pontífice le regaló al mandatario un mosaico de la Basílica de San Pedro. Milei, un poncho de vicuña hecho por artesanos de Santa María de Catamarca, pueblo que Robert Prevost visitó como superior general de los agustinos, y una bolsa de libros (sic) del economista español Jesús Huerta Soto, uno de los ídolos vivos del anarco-libertario.

Posteriormente, el presidente se entrevistó durante 45 minutos con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado Vaticano, acompañado por el reverendo Miroslaw Wachowski, subsecretario para las Relaciones con los Estados.

Milei le reiteró a León XIV la invitación que había hecho el canciller Wertehei para viajar a la Argentina. Tras el encuentro, Adorni hizo saber que Prevost confirmó que realizará la visita, que podría concretarse el próximo año, durante una gira del papa que incluiría Perú (su país adoptivo) y Uruguay.

La reunión se da en medio de fuertes críticas de la iglesia católica argentina hacia Milei y sus políticas. El descontento llega a través de comunicados ante situaciones específicas como el ajuste en discapacidad o en el hospital Garrahan, pero también de manera directa. Semanas atrás, el arzobispo Jorge García Cuerva aprovechó el Tedeum del 25 de Mayo para denunciar la debacle económica y social ante el presidente y su gabinete, que lo escuchaban en la Catedral de Buenos Aires. En línea con declaraciones de diferentes obispos, García Cuerva se refirió a los jubilados y sostuvo que “merecen una vida digna, con acceso a los remedios y a la alimentación; herida esta que sigue abierta y sangra hace años, pero que como sociedad tenemos que curarla pronto”.

Semanas atrás, la Conferencia Episcopal Argentina, a través de una declaración conjunta de la Comisión Nacional de Justicia y Paz y de la Comisión de Pastoral Social, pidió el “inicio de un diálogo” para buscar una respuesta que resuelva la “delicada situación” que atraviesan los jubilados y, al mismo tiempo, demandó el cese de “toda forma de represión sobre quienes se movilizan” por el reclamo. Algo similar a lo que habían señalado los obispados de Merlo-Moreno, que denunciaron que “la única política para los de abajo es la represión”.