El calor era insoportable en la pequeña vereda de Canalejas Méndez 1249, en Bosques Norte, Florencio Varela. Treinta grados pegaban fuerte sobre la calle de tierra, pero Omar Gallardo, el papá de Paloma, apenas lo sentía. Su corazón ardía mucho más. Con la guitarra en mano cantó alabanzas a Dios frente a la “Iglesia de Dios”. Era su despedida para Paloma, su hija de 16 años, asesinada junto a su novio, Josué Salvatierra, de 14 años.
El Municipio no le permitió hacer el velorio en la calle. “Es un lugar público”, le dijeron. Como si el dolor pudiera encerrarse entre cuatro paredes. Como si el duelo pudiera tener un espacio asignado. Pero Omar no tenía más opción. Sobre esa vereda diminuta, rodeado por su esposa, su hijo, su madre y los fieles de la iglesia, dejó que su voz y su fe hablaran por él.
A medida que los minutos pasaban, los vecinos se acercaban en silencio. Nadie se atrevía a interrumpir las canciones, hasta que un aplauso espontáneo rompió el aire caliente. Una ovación de dolor, de impotencia, de respeto.
Después de veinte minutos de alabanzas, el cuerpo de Paloma fue trasladado a la Cochería Colonial, sobre la ruta 36. Pero el verdadero clamor todavía tenía que escucharse.
El testimonio de Alicia, una madre destrozada
Alicia, la mamá de Paloma, habló con el corazón roto, con una mezcla de fe, furia y desconsuelo. Su mensaje no solo fue un grito de justicia, sino también un reclamo a quienes debieron estar antes y no estuvieron.
“Mataron a dos criaturas inocentes, dos adolescentes inocentes que estaban enamorados, que salían a pasear tomados de la mano, como se vio en los videos. Y unos asesinos les robaron la vida que tenían por delante. 14 y 16 años, dos criaturas. Pido justicia para mi hija y para su noviecito”, remarcó.
“Hoy estoy rodeada de micrófonos, de cámaras, me llaman cientos de periodistas. Pero cuando los chicos desaparecieron el jueves a la noche, el viernes a primera hora me pasaron teléfonos de un montón de medios de comunicación, de la zona y nacionales importantes. ¿Cómo están ahora? Nadie, nadie, nadie de ustedes se hizo presente, ninguno”, reprochó.
“Ahora es tarde, mi hija está ahí en un cajón de madera y mañana, mañana se la lleva al cementerio. Yo esperaba que me acompañaran antes. Yo esperaba que me acompañaran antes, para encontrarlos vivos. Ojalá no ocurrieran más cosas como esta. Pero lamentablemente la maldad de este mundo es así”, cerró.
Paloma y Josué fueron asesinados brutalmente el fin de semana pasado. Los atacaron a piedrazos en un descampado para robarles los celulares, una mochila y $ 7.000. Una violencia desproporcionada, inhumana, que dejó en shock a toda la comunidad.
Bosques todavía no se recupera del impacto. La bronca y la tristeza se sienten en cada esquina.
Omar aseguró con crudeza, mientras el personal de la cochería intentaba llevarse el cuerpo. “Yo vi el cuerpo de mi hija, a mi hija la violaron. Se van a tener que hacer cargo los que dijeron que no”, manifestó con enojo e invitó a los diversos ministros de Seguridad de Nación y Provincia a asistir a la conferencia de prensa que se va a hacer en la cochería a las 20. “Quiero que venga también el Intendente, Andrés Watson, porque él también es responsable”, dijo.