“Por siempre te llevaré en mi corazón, Tío hermoso, gracias por ser el mejor siempre”, lo despidió en redes sociales Verónica, una sobrina del comerciante Cristian Velázquez (50), que intentó defenderse de un asalto de dos motochorros y fue asesinado de un disparo en la cabeza. Un delincuente, con múltiples antecedentes, fue detenido. Por el crimen, el Ministerio de Seguridad anunció cambios en la cúpula de la Policía en Mar del Plata.
Era la novena vez que lo robaban en un barrio no muy alejado del centro, a unos 500 metros del estadio mundialista. Vecinos y comerciantes se quejaron por los reiterados episodios de inseguridad que se registran en la zona, aún cuando en la ciudad hay más policías que nunca por la temporada.
“Hacen operativos por el verano, se muestran pidiendo documentos en las avenidas, pero no detienen a nadie. Los delincuentes andan por acá como si nada a cualquier hora, mire la hora que es: a las tres de la tarde lo mataron a este hombre”, protestó una vecina de Velázquez en la puerta del comercio de Jacinto Peralta Ramos al 700, casi Irala.
Los vecinos lanzaron una convocatoria en las redes para manifestarse este martes en esa esquina “en forma pacífica y respetuosa con el objeto de exigir justicia y seguridad por este hecho y tantos anteriores, y también solidarizarnos con la familia de Cristian”.
Pero la familia del comerciante pidió que haya manifestaciones en su nombre. “Nos parece una falta de respeto que usen así a mi tío, nos gustaría que respeten el duelo familiar”, sostuvo Verónica.
“No queremos saber nada con marchas, ni quilombos, ni que se agreda a la policía. A mi tío no le gustaba para nada eso“, explicó la sobrina del comerciante, que en una semana celebraría su cumpleaños número 51.
Lo recordó como “un hombre que laburó toda su vida” y pidió “a la gente que realmente lo conoce que no participe” de las manifestaciones. “Eso no nos va a devolver a mi tío, queremos evitar todo eso”, lamentó.
“Tan atento y buena persona, fuiste una luz en mi vida, te amo con todo mi corazón, que en paz descanses”, lo despidió en un posteo junto a una serie de imágenes donde se lo ve a Velázquez rodeado de familiares, en celebraciones o bien en salidas con sus sobrinos.
Harto de los robos, Velázquez tenía a mano bajo el mostrador del kiosco que atendía, propiedad de un familiar, un aerosol de gas pimienta. Lo había utilizado en abril pasado cuando dos delincuentes intentaron asaltarlo: al rociarlos con el spray, huyeron, pero uno de ellos le disparó desde la puerta. La suerte estuvo de su lado esa vez.
El proyectil atravesó el acrílico del exhibidor, lo que lo amortiguó, y quedó incrustado en un paquete de chicles. Dio entrevistas a medios locales narrando lo que había ocurrido, ahí mismo contó su “indignación, impotencia: me siento desprotegido, no hacen nada por nosotros”.
Siete meses después, en un episodio similar, en la tarde de este lunes, un asaltante le pegó un tiro en la cabeza. Los peritos establecieron que el arma utilizada fue un revólver calibre 38, el que aún no fue secuestrado.
“Fue un episodio extremadamente breve, los delincuentes ingresaron fugazmente, y la propia víctima confió en poder hacer lo mismo que el año pasado, con el uso del gas pimienta y le dispararon”, explicó el fiscal Alejandro Pellegrinelli, par aquien el caso “en principio estaría esclarecido”.
En la madrugada fue detenido un hombre de 29 años, apodado “Nacho”, que tiene antecedentes por distintos delitos. Pero no sería quien disparó contra Velázquez, de acuerdo a lo que pudieron reconstruir en base a las imágenes tomadas por cámaras públicas y privadas en la zona, incluidas las del comercio. El autor del disparo, alías “Guachin”, sobre quien pesa un pedido de captura, continúa prófugo.
El intendente Guillermo Montenegro se plegó al reclamo y pidió penas más duras para los delincuentes: “Esto no puede pasar. Tiene que haber una modificación clara que venimos planteando hace rato en lo que tiene que ver con las leyes, la reiterancia, la imputabilidad, todas cuestiones que tienen que ver con la dureza en el accionar”.
Se espera que en la tarde de este martes arribe a la ciudad el jefe de jefe de la Policía Bonaerense, comisario general Javier Villar, con el objeto de remover al mando superior de la fuerza. El crimen de Velázquez es el corolario de una larga saga de hechos delictivos que se registra hace tiempo en la ciudad -ahora con refuerzos policiales por la temporada-, pero que se padecen antes, durante y después del verano.