La guerra abierta y declarada entre Javier Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, tiene su correlato en los tribunales judiciales. Villarruel denunció penalmente a un conjunto de personas cercanas al presidente y que suelen atacarla y tildarla de “traidora” en redes sociales y medios de comunicación. Las denuncias por amenazas, intimidación pública, calumnas e injurias incluyen, entre otros, al comunicador ultra español Javier Negre, a la diputada Lilia Lemoine y al escritor Nicolás Márquez, biógrafo del presidente ultra. Villarruel, quien representa a una derecha más conservadora y nacionalista que Milei, y se hizo conocida como negacionista de los crímenes de la última dictadura, reclama que se investigue si el Gobierno financia a los acusados.
La vicepresidenta realizó este lunes dos presentaciones ante la justicia federal, en las que argumentó que sufre una “campaña de amenazas y hostigamiento” por su rol como titular de la Cámara de Senadores. Su enfrentamiento con Milei es explícito desde el año pasado: el Ejecutivo la considera afuera del Gobierno y el propio mandatario se ha referido a ella, en los últimos días, como “la bruta traidora”.
En su primera denuncia, Villarruel apuntó contra Javier Negre, dueño del portal argentino La derecha diario, y lo acusó de publicar “noticias falsas para procurar, a través del miedo y el temor, socavar la integridad de las instituciones”. Aseguró que “opera contra el orden republicano, de manera flagrante, al acusar, sin probanza alguna, de los delitos más aberrantes que el sistema democrático pudiera tolerar”. En especial, se refirió a expresiones de Negre que la vincularon con la preparación de un presunto golpe de Estado contra Milei, en confabulación con dirigentes políticos y militares.
La segunda denuncia es más amplia y abarca, además de al escritor Márquez y la legisladora Lemoine, a una serie de usuarios de redes sociales, activistas de ultraderecha. “Participan de forma diaria, metódica e insistente en la publicación de insultos, improperios, hostigamiento e incitación al odio de la ciudadanía en general y a usuarios de la red social X en particular contra el poder que presido”, sostuvo Villarruel, para quien el objetivo de esas publicaciones es lograr su renuncia. La vicepresidenta manifestó preocupación por su “seguridad” ante la “sistematización”, “extensión temporal” y el “tenor” de la incitación a la violencia en su contra.
Tras destacar la responsabilidad de Lemoine en tanto legisladora nacional de La Libertad Avanza —el partido de Milei—, la presentación de Villarruel sugirió investigar “si acaso los restantes denunciados resultan sostenidos con dinero proveniente del erario público”.
Las acusaciones de Villarruel parecieron la señal de largada para que sus adversarios arremetieran nuevamente contra ella. En un video difundido en redes sociales, el español Negre planteó que la vicepresidenta lo denunció “por el simple hecho” de revelar “sus traiciones a Milei” y aseguró que Villarruel odia al presidente y a su hermana, Karina Milei, “por una mezcla de ego, sectarismo ideológico y despecho por no haber conseguido su objetivo de ocupar los ministerios de Seguridad y Defensa”. También la diputada Lemoine respondió en las redes: “La traidora ahora se mete con civiles”, escribió y compartió la publicación de otro denunciado, donde Villarruel era comparada con Adolf Hitler.
La tensión entre Milei y su vicepresidenta viene creciendo sin pausa desde mediados del año pasado. El último motivo, el que desencadenó la andanada más reciente de ataques cruzados, se centró en una sesión del Senado que presidió Villarruel y en la que la oposición logró aprobar leyes para aumentar las pensiones de jubilados y el presupuesto para atender a personas discapacitadas. El presidente, quien acaba de vetar esas leyes, responsabilizó a Villarruel por no haber impedido la sesión y la señaló como cómplice de la oposición en un atentado contra lo que considera el núcleo de su gestión, el superávit fiscal.