Llegar a Bath, a una hora y cuarenta minutos de distancia desde Londres, es más que una meta para los admiradores de Jane Austen. Quienes hemos leído sus novelas, sus biografías y visto las numerosas remakes cinematográficas y televisivas de sus libros, Bath y The Jane Austen Centre es un sueño cumplido, antes largamente anhelado.
Este año se cumplen 250 años de su nacimiento y es asombroso observar la vigencia de su obra. Bath lo celebra en grande. Desde el viernes 12 al domingo 21 de septiembre de este año tendrá lugar el Festival Jane Austen . Durante diez días la ciudad celebrará a su más destacada residente con bailes, desfiles, lecturas, visitas de escritores y lectores, etc.
Nacida en diciembre de 1775 y fallecida en julio de 1817 a los 41 años, Jane fue la anteúltima de los ocho hijos del reverendo George Austen y de Cassandra Leigh. Se le atribuye la creación de Lady Susan, su primera novela, a los 18 años.
Viaje al siglo XVIII
Pero vayamos por partes. Llegar a Bath es trasladarse al siglo XVIII. No importa que el bullicio y el tren colmado de turistas pertenezcamos al siglo XXI, porque al bajar del tren, la imaginación nos traslada a la época de Austen. El Centro Jane Austen, una construcción georgiana bellísima, está situado en la calle Gay Street Nº 40, y es muy similar a la ubicada en el Nº 25, donde Jane pasó algunos meses tras la muerte de su padre.
A pocos minutos a pie de la Estación de Bath ya se otea el museo con una figura corpórea de Jane Austen en la puerta, y una performer vestida como en el siglo XVIII, que nos da la bienvenida. Al ingresar, una actriz caracterizada como Jane nos invita a otra sala donde nos sumerge en el árbol genealógico de la escritora, su vida en Bath, los libros que escribió y nos libera para acceder a la exposición permanente.
Los textos de las salas georgianas y los tableros azules, que incluyen citas de las novelas y cartas de Jane Austen, fueron escritos por la escritora Maggie Lane, que ha buceado en la vida y obra de la autora de Persuasión (novela que comenzó a trabajar en 1815 pero fue publicada póstumamente por su editorial Murray) y ha escrito varios libros sobre ella, como A charming place, Jane Austen and food y otros.
En 1802, con casi 27 años, Jane aceptó una propuesta de matrimonio de Harris Bigg Wither que rechazó a la mañana siguiente y nunca se casó, provocando tensión entre la familia del proponente y la propia. Fue durante su estadía en Steventon, donde los Austen vivieron junto a la familia Bigg-Wither, de Manydown. Tras mudarse, Jane y su hermana Cassandra regresaron a Manydown para visitar a sus viejos amigos y vecinos en el otoño de 1802.
Harris Bigg-Wither, de 21 años, quiso casarse con Jane, de 27. Más allá de la venta de sus libros y de su prolífica producción literaria, Jane carecía de ingresos propios (como Lizzie Bennet, en Orgullo y prejuicio) y dependía en gran medida de sus hermanos.
En una situación financiera desesperada, la inminente herencia de Harris era muy atractiva. Fue la razón por la que Jane aceptó, pero de inmediato se sintió desdichada, por lo que se retractó y huyó de Manydown.
Algunos biógrafos encuentran que este hecho real pudo influir a Jane en la creación de las situaciones que viven sus personajes, tanto en Orgullo y Prejuicio como en Mansfield Park. La prima Charlotte Lucas, de Orgullo y Prejuicio, acepta al Sr. Collins de una manera similar a la de Jane y Mr. Bigg-Wither. Algo que ocurre también con los personajes de Fanny Price y Henry Crawford en Mansfield Park.
La única pelea documentada entre Jane y su hermana Cassandra, heredera de su escasa fortuna a su muerte, giró en torno al trato que Fanny daba a Henry en esa novela.

Jane y sus criaturas
Algunos biógrafos le han atribuido tanto a su personaje de Marianne Dashwood, en Sensibilidad y sentimientos, como al de Elizabeth Bennet, en Orgullo y prejuicio, algunas connotaciones autobiográficas de Austen.
El recorrido por la exposición temporaria en una casa georgiana es un viaje en el tiempo. A una época que Jane Austen “romantizó” (posiblemente así eran los vínculos entonces), en el final del siglo XVIII y principios del XIX los cambios político-sociales en Inglaterra, así como los conflictos, fueron muy significativos.
Al comenzar el recorrido, Mr Darcy, personificado en el afiche por un apuesto Colin Firth, nos da la bienvenida. De inmediato pasamos a una sala que, como todo el lugar, está pintado con los colores de la época de Austen. Alli accedemos a su árbol genealógico. Las visitas, en cada espacio, son siempre grupos reducidos y por un tiempo razonable.
A los retratos pintados de Jane Austen se le suma algún grabado. No hay daguerrotipos, inventados recién en 1839, cuando Jane llevaba muerta dos décadas.

Una reproducción de la partida de matrimonio de sus padres y otras de páginas escritas con pluma por Jane Austen se exhiben protegidas en vitrinas. Incluso hay bandos oficiales alertando sobre una epidemia de tifus, enfermedad que acabó con la vida de la escritora.
En 1817, tras escribir su testamento (en condiciones de no ser controvertido), Jane se trasladó a Winchester para recibir tratamiento contra su enfermedad, donde finalmente murió y están sepultados sus restos.
Cuando se cumplieron 200 años de su muerte, en 2017, el Banco de Inglaterra imprimió un billete conmemorativo donde se destacaba, de manera muy conmovedora, que Jane Austen fue “la madre de la gran tradición de la novela inglesa”. Hay allí un billete conmemorativo.
Luego recorremos el escritorio de Jane Austen. El espacio done escribía con pluma y los visitantes en pequeñas hojas con el membrete del Centro Jane Austen podemos dejar nuestro mensaje, agradecido por supuesto. El espacio reproduce aquel del que disponía la escritora para su escritura.

Detener el tiempo
El Centro Jane Austen consigue detener el tiempo. En la exhibición permanente hay grabados ampliados de Bath y sus artistas, retratos de Jane Austen, documentos y muebles de su época, portadas de sus libros (fue una escritora absolutamente prolífica), y un espacio lúdico para jugar por un instante a ser Lizzie Bennet del brazo de Mr. Darcy .
Los visitantes pueden ser por un instante cualquiera de los personajes de Austen, aunque la mayoría elige ser Lizzie Bennet porque la figura corpórea es de Mr. Darcy.
Una pena que no se incluya en el espacio al oficial Frederick Wentworth, un caballero del siglo XIX, enamorado de Anne Elliot en Persuasión, por quien peleó batallas y se construyó una carrera, para regresar a confesarle que nunca había dejado de amarla y proponerle matrimonio.

El Centro Jane Austen también ofrece visitas a pie por los sitios que Jane caminó y donde imaginó las historias hoy mundialmente famosas. Las visitas nos trasladan a lugares donde solía comprar y los escenarios de las dos novelas ambientadas en Bath: La Abadía de Northanger y Persuasión.
¿Por qué Bath tiene el Centro Austen? La primera visita documentada de Austen a esta maravillosa ciudad data de 1797, cuanto tenía 22 años, donde permaneció seis semanas con su hermana Cassandra y su madre.
En la guía impresa del Centro se lee que, habiendo vivido los primeros años de su vida en la tranquila villa de Hampshire, es posible que las costumbres elegantes de Bath le hayan provisto de una excitante escenografía para sus novelas.
Dos años más tarde, Jane regresó a Bath. En ese viaje fue invitada por su hermano Edward, quien acudió a los famosos “Baños romanos” de la ciudad para recuperarse de salud. Jane aceptó encantada porque eso le permitió investigar la ciudad y sus alrededores, todo lo cual volcó luego en su novela La Abadía de Northanger.
Alguno de sus biógrafos ha expresado que algo en Bath encendió su imaginación, a tal punto que al regresar de ese viaje le escribió a Cassandra que había disfrutado muchísimo el viaje. Se sabe que los años continuados que Austen vivió en Bath fueron cinco.
En aquel momento, Bath era una suerte de ciudad resort en Inglaterra, famosa, que proveía a las familias que podían trasladarse, confort y entretenimiento. Era una ciudad tan viva que Jane Austen lo trasladó a su literatura.
En La Abadía de Northanger, el personaje de Catherine Morland corre desde Milsom Street hacia Royal Crescent, punto de referencia muy próximo a la hoy céntrica Union Street, donde se produce el emotivo reencuentro entre Anne Elliot y el capitán Wentworth en Persuasión:
“El verdadero amor es constante y poderoso, y no se deja intimidar por ninguna adversidad”, escribe Austen en esa hermosísima novela, nuestra favorita, aunque también lo es Orgullo y prejuicio.
No quedan dudas que más allá de donde descansen sus restos, Bath influyó en la escritura de Austen y sus historias parecen reflejar varias de sus experiencias personales vividas en la ciudad.
Como su personaje Catherine Morland, seguramente Jane Austen le dijo alguna vez a su hermana Cassandra: “¡Oh! ¿Quién puede alguna vez cansarse de Bath? Sinceramente creo que siempre hablaré de Bath cuando regrese a casa. Me gusta muchísimo”.