El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que su próxima reunión con el mandatario ruso Vladimir Putin —prevista para este viernes en Alaska— tiene como objetivo abrir un canal directo de diálogo con Moscú y explorar posibles caminos para aliviar las tensiones actuales. La idea, deslizó, es que ambas partes cedan territorio para alcanzar el cese al fuego después de tres años de guerra, constituyendo uno de los puntos más sensibles para Kiev.
Trump expresó su esperanza de que el encuentro sea “constructivo”, mientras que desde Ucrania, el presidente Volodimir Zelenski advirtió que no habrá ninguna retirada de sus tropas del Donbass, descartando cualquier concesión territorial como vía para la paz. “No abandonaremos el Donbass”, aseguró Zelenski, en referencia a las regiones de Donetsk y Lugansk, actualmente bajo ocupación parcial rusa.
Según el mandatario ucraniano, permitir que esos territorios caigan por completo en manos del Kremlin solo allanaría el terreno para futuras ofensivas. Estas declaraciones llegan en un momento de intensa presión diplomática desde Europa, que busca evitar que Washington adopte una postura que pueda comprometer la seguridad estratégica de Ucrania.
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Trump elogió la “actitud respetuosa” de Putin
Desde la Casa Blanca, Trump elogió la “actitud respetuosa” de Putin al aceptar viajar a Estados Unidos y no descartó una futura cumbre trilateral que incluya a Zelenski. Aseguró estar dispuesto a mediar entre ambos o incluso a dejar que resuelvan el conflicto por sí solos: “Quizás les diga ‘buena suerte, sigan luchando’ o quizás diga ‘podemos llegar a un acuerdo’”, comentó.
Sin embargo, sus palabras generaron preocupación en Kiev y en varias capitales europeas, especialmente después de que insinuara que un eventual acuerdo de paz podría implicar intercambios territoriales entre Ucrania y Rusia. Este escenario contradice no solo la Constitución ucraniana —que prohíbe cualquier cesión de territorio sin referéndum— sino también la postura oficial de la Unión Europea, que considera esa opción moral y políticamente inaceptable tras años de invasión.
Trump también criticó públicamente la postura de Zelenski respecto al marco legal que impide modificar las fronteras del país: “Me pareció exagerado que Zelenski dijera que necesita aprobación constitucional. Fue capaz de entrar en guerra, pero ahora necesita permiso para intercambiar territorio”, ironizó el mandatario. Afirmó además que “habrá algunos intercambios territoriales”, aunque admitió que traerán consecuencias negativas “para ambas partes”.
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Las declaraciones del mandatario ocurrieron en paralelo a la del jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, quien este martes habló por teléfono este martes con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, para preparar la cumbre en Alaska entre los presidentes Trump y Putin. “Ambas partes confirmaron su compromiso con el éxito” de la cumbre, declaró a periodistas la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce.
Reacción inmediata de Europa
Líderes de la Unión Europea, Ucrania y representantes de la OTAN se reunirán el próximo miércoles en una videoconferencia de urgencia para coordinar una respuesta común antes de la cumbre en Alaska. Alemania adelantó que se evaluarán nuevas medidas de presión contra Rusia y se analizará cómo preparar eventuales negociaciones de paz, siempre bajo la condición de respetar la soberanía ucraniana.
En un comunicado conjunto —que Hungría decidió no firmar—, los líderes europeos recordaron que cualquier solución debe pasar por un alto el fuego verificable y garantizar la integridad territorial de Ucrania. “Una paz justa y duradera debe proteger los intereses vitales de Ucrania y de Europa”, señalaron.

Zelenski fue categórico en su respuesta: “Los ucranianos no entregarán su tierra al ocupante”. Recordó que solo un referéndum nacional podría modificar las fronteras, y advirtió que premiar al Kremlin con territorio sería no solo inmoral, sino también estratégicamente peligroso. “Rusia no ha detenido su ofensiva. No merece ninguna recompensa”, afirmó.
Desde su canal de Telegram, el presidente ucraniano denunció que Moscú está preparando nuevas operaciones ofensivas. “El ejército ruso no muestra señales de querer terminar la guerra. Por eso, es vital mantener la unidad internacional”.
Putin busca ventaja diplomática y militar
Desde Bruselas, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, lanzó un mensaje directo a Trump: “La estabilidad de Europa está directamente ligada a la supervivencia de Ucrania como Estado soberano”. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, advirtió que cualquier debilitamiento del apoyo occidental sería interpretado por Moscú como una luz verde para escalar el conflicto.
Mientras tanto, Putin intensificó su ofensiva diplomática: en los últimos días mantuvo conversaciones con los líderes de China, India y Brasil. Todo indica que busca llegar a Alaska con un respaldo político más sólido y mayor margen de maniobra previo a la cumbre en Alaska.
Por otro lado, en el terreno militar, la situación se agrava para Kiev. Las fuerzas rusas están a punto de tomar Pokrovsk, una ciudad clave en Donetsk que representa un punto estratégico en las líneas de suministro ucranianas. Actualmente, Rusia controla cerca del 20% del territorio ucraniano, incluyendo Crimea, gran parte del Donbass, zonas en Zaporiyia y Kherson —donde se ubica la central nuclear más grande de Europa—, además de pequeñas áreas en Kharkiv y Sumy. También hay reportes de avances rusos en Dnipropetrovsk, mientras que Ucrania mantiene presencia en la región rusa de Kursk.
cd