El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio por resuelta el lunes la última crisis entre Israel e Irán con su anuncio de un alto el fuego entre ambos países para darse después de bruces con las complejidades de la relación entre dos viejos e irreconciliables rivales. Trump estalló este martes en una serie de posts de su red social, Truth, y después, ante los periodistas que lo esperaban en los jardines de la Casa Blanca antes de que abordara el helicóptero Marine One al inicio de su viaje rumbo a La Haya (Países Bajos), donde tiene previsto asistir a la cumbre de la OTAN. En una intervención durísima, en la que no se ahorró las palabras malsonantes, el republicano acusó a ambos países de romper la promesa de parar los ataques cruzados que se habían hecho el día anterior. Dijo que “no tienen ni puta idea de lo que están haciendo” y cargó especialmente contra Israel, en una demostración pública de enfado con un aliado predilecto de la que hay pocos precedentes.
“No estoy contento con Israel”, dijo Trump. “No me gustaron muchas cosas que vi ayer. No me gustó que Israel lanzara bombas justo después de que cerráramos el trato. No tenía por qué hacerlo, fue una represalia muy fuerte”. El presidente estadounidense también mostró su disgusto con Irán, pero los disculpó en cierta manera, porque, afirmó, Teherán “solo lanzó una bomba, y encima no dio en el objetivo; creo que lo hicieron sin querer. No pueden controlar a los suyos”.
Trump también dijo que en su viaje iba a “tratar de calmar a Israel y de resolver el problema”. Después, tanto el portal de información política de Washington Axios como la prensa israelí informaron de una llamada del mandatario estadounidense al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la que le exigió que detuviera los ataques. Según esas informaciones, Netanyahu le respondió que algo así es imposible y que solo estaba en su mano moderar la intensidad de las bombas.
En Truth, Trump cantó de nuevo victoria al asumir que el problema estaba resuelto y que “todos los aviones [israelíes]” se darían la “vuelta”. Después, la oficina de Netanyahu comunicó que “a raíz de la conversación” entre ambos líderes, Israel “se abstendrá de lanzar nuevos ataques”.
La “guerra de los 12 días”
El frágil alto el fuego estaba llamado a entrar en vigor, según avanzó el propio presidente estadounidense en un sorprendente anuncio en Truth, a la medianoche de Washington (6.00 en la España peninsular, 7.00 de Jerusalén y Teherán). Trump afirmó con orgullo que esa tregua pondría fin a lo que llamó “la guerra de los 12 días”, una etiqueta que es un guiño a otra histórica contienda que definió la región (la guerra de los Seis Días, en 1967) y que hacía referencia al tiempo transcurrido desde que el 13 de junio Netanyahu ordenase atacar Irán con el pretexto, aún por probar, de que el régimen islámico está cerca de obtener la bomba atómica.
Al anuncio de Trump siguieron unas horas de confusión. Primero, los dos países no confirmaron la existencia de un pacto. Después, Irán lo negó de boca de su ministro de Asuntos Exteriores para, finalmente, afirmar por medio de la televisión estatal que lo cumplirían. Israel se avino finalmente a cumplir, y al poco afirmó que había detectado misiles “lanzados desde Irán” y ordenó a su ejército nuevos ataques “de alta intensidad” contra la capital iraní. Teherán negó haber roto el alto el fuego.
Entonces, Trump entró en combustión. Mostró su enfado, sobre todo con Israel, y primero en Truth. Escribió, todo en mayúsculas: “Israel. No tires esas bombas. Si lo haces, es una violación grave [del acuerdo de alto el fuego]. ¡Devuelve a tus pilotos a casa, ahora!“. A los 10 minutos, afirmó en otro mensaje que Israel ”no va a atacar más Irán” y que el “alto el fuego está en vigor”.
A Irán le dedicó un tercer post: “Nunca reconstruirán sus instalaciones nucleares”. Trump se refería a las tres plantas atacadas por aviones estadounidenses el fin de semana pasada, en una operación militar que no solo supuso la ruptura de la promesa electoral del presidente estadounidense de no meter a Washington en nuevas aventuras bélicas, también acabó con cuatro décadas y media de política de contención de Administraciones pasadas con el régimen de los ayatolás.
Ese ataque fue respondido el lunes con una tímida represalia: el lanzamiento de misiles desde Irán contra la base estadounidense de Al Udeid, la más grande de Washington en Oriente Próximo. Está a las afueras de la capital de Qatar, Doha. El ataque no causó víctimas y 13 de los 14 proyectiles fueron interceptados antes de su impacto, según contó Trump en otro mensaje de Truth.