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El resultado habla y calca a la perfección el presente de ambos: el éxtasis de Newell’s tras el gol de Maroni se esfumó de inmediato con el empate de Central Córdoba en un partido que tuvo todo: ambos merecieron, ambos convirtieron y ambos tropezaron con sus propios cordones, en un encuentro que dejó al desnudo la irregularidad con la que transitan el torneo.

Aunque en la cuenta ambos sumarán un punto, quedó claro que el Ferroviario se fue con una mejor sensación del partido. Para Newell’s, la primera parte fue inconexa y con escaso fútbol, una carencia que se profundizó tras la expulsión de Regiardo, que lo dejó con uno menos sobre el cierre del primer tiempo (antes, Banega había cometido una dura falta, pero Merlos optó por no expulsarlo).

Con tiempo y espacios, el equipo santiagueño se calmó, pensó y, gracias a los cambios de Omar De Felippe, empezó a llegar al arco de Espíndola: adelantó líneas, plantó a los cuatro de la defensa sobre el medio y ahí, en el ecuador del campo, empezaron a mover la pelota gracias a la tenencia de Verón, a la rebeldía de Besozzi y de Godoy.

Por momentos, el equipo de De Felippe logró arrinconar a Newell’s, pero su falta de definición lo dejó con vida: Central Córdoba atacó casi exclusivamente con centros y, cuando más se le complicaba el partido, la Lepra respondió de contra con la calidad de Banega como principal destacado y abanderado de ataque, sosteniendo así un mínimo de chances.

Sobre el final llegó la emoción. En una de esas contras rápidas, Newell’s rompió el cero: Sotelo desbordó, envió un precioso centro de tres dedos y Maroni la empujó casi sobre la línea. Pero el festejo duró poco: minutos después, Central Córdoba sacó del medio, la defensa local hizo agua y el Ferroviario entró sin oposición al área. Tras un centro, Galván metió un taco que dejó mano a mano a Verón, quien definió con precisión.

De todos modos, fue justo. Ambos merecieron, ambos marcaron pero ambos fallaron. La Verón pasar…