“Acatamos lo que nos dictó la conciliación, suspendimos el paro, pero vemos que no hay reacción de las cámaras empresarias”, afirmó Marcelo Rucci, secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Neuquén. Ante esta situación, el dirigente sindical advirtió que los trabajadores del yacimiento de Vaca Muerta podrían volver a parar sus actividades porque ante la falta de cumplimiento de la patronal “estamos prácticamente en libertad de acción”. Si bien en la negociación del conflicto participa la secretaría de Trabajo de la Nación, lo cierto es que un regreso al paro de los petroleros también será un dolor de cabeza para el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa.
El conflicto se inició cuando el sindicato lanzó un paro ante la pérdida de 3.200 puestos de trabajo en Vaca Muerta. Según el gremio se produjeron entre unos 1.200 despidos y 2.000 suspensiones. El problema que suscitó esta reducción de personal es fruto de la paralización de las obras que el gobierno nacional debía hacer para posibilitar la salida de petróleo y gas hacia el Atlántico, para su exportación. La gestión de Milei, que frenó todas las obras públicas en el país, también incluyó a esta obra que quedó sin finalizar. Este parate genera que las empresas estén con su stock completo y se provoca un “cuello de botella” en la producción.
La Secretaría de Trabajo buscó frenar la medida de fuerza con la convocatoria a una conciliación obligatoria. “Hay que ser ordenados, sentarse en una mesa, dialogar y buscar la mejor manera para que esto funcione. No queremos ser un obstáculo en el crecimiento de Vaca Muerta, pero tampoco vamos a permitir avasallamientos ni condiciones que perjudiquen a los trabajadores”, dijo en su momento Rucci.
Luego de acatar la orden de la Secretaría, comenzaron las negociaciones pero –según el sindicato– no llegaron a un acuerdo. De hecho el dirigente sindical advirtió que “no se levantaron la mayoría de los despidos”. En ese sentido señaló que “en este tiempo de conciliación solo hemos podido hablar con dos empresas, YPF y Tecpetrol, con las cuales avanzamos muchísimo y estamos muy cerca de un acuerdo, pero con el resto de la industria no hubo ninguna reunión”. Es por eso que peligra la paz social en Vaca Muerta por el posible retorno de las medidas de fuerza.
Rucci repite casi como una letanía que lo están dejando sin alternativa. “Nosotros iniciamos una medida de fuerza y acatamos la conciliación para negociar, pero hasta acá solo hablamos con dos empresas. El resto, algunas han llamado para ver cuándo juntarnos, pero no hemos solucionado nada y tampoco se han hecho eco de lo que marca la conciliación, que es retraer los despidos y las cesantías. Esto nos deja en posición de avanzar con la medida de fuerza”, afirmó.
El dirigente insistió en que “hay que ser ordenados, sentarse en una mesa, dialogar y buscar la mejor manera para que esto funcione. No queremos ser un obstáculo en el crecimiento de Vaca Muerta, pero tampoco vamos a permitir avasallamientos ni condiciones que perjudiquen a los trabajadores. La conciliación es clara: el paro se retrotrae y los despidos y stand-by también. Nosotros levantamos el paro, pero todavía hay gente despedida y en stand-by, así que lo que no están cumpliendo son las empresas”, afirmó.
Rucci puede ser considerado un duro, pero también tiene sus vínculos con el gobernador neuquino. De todas maneras, la presión de las bases, las asambleas lo llevaron a convocar al paro que provocó la conciliación obligatoria. Ahora, sin una salida, la presión de los trabajadores se reinicia y deja sin alternativas a Rucci y por eso advierte de la posible nueva convocatoria a medidas de fuerza.