Son las 8 de la mañana en Fort Lauderdale, hay práctica abierta para la prensa y hace mucho calor. La FIFA obliga a los equipos a dar notas en el día previo de un partido y los elegidos son tres, Jordi Alba, Maxi Falcón y Noah Allen. El nombre de Lionel Messi no aparece nunca en la lista, al menos por ahora.
Al 10 se lo ve de lejos, a unos 40 metros, mezclado con el resto de sus compañeros. Luego camina con Javier Mascherano. Sonríe mucho y es buena señal.
El lunes por la noche enfrente a Palmeiras para abrochar una clasificación a los octavos de final del Mundial de Clubes que en la previa parecía muy complicada. Los brasileños eran favoritos, y detrás de ellos estaba el Porto. Para colmo, el empate del debut contra Al Ahly anunciaba un cachetazo tempranero.
En Atlanta se dio vuelta la historia. La victoria sobre los portugueses, la primera de un representante de la Concacaf sobre uno de Europa, le dejó el camino libre a los de rosa, que ahora hasta perdiendo pueden llegar a ser segundos. Para quedar afuera debería darse una sola variante: perder contra Palmeiras y que Al Ahly le gane al Porto.
El saldo negativo de esa aventura por la capital de Georgia fue la molestia muscular de Leo en la pierna derecha, una contractura en el cuádriceps que viene padeciendo desde hace meses y con la que convive distribuyendo las cargas. Sin embargo, en la práctica abierta, Leo sonríe: parece estar recuperado.
El pibe de casi 38 corre, pica, toca la pelota con su zurda y se mete en un “loco” donde se lamenta como un chico cuando le sacan la pelota. Desde lejos mira a los periodistas y se arregla el pelo, sabe que en ese instante hay unas veinte cámaras registrando su gesto.
Contra Palmeiras volverá a estar serio, como debe ser. Los brasileños vienen fuertes en este Mundial de Clubes, invictos y comiéndose cucos: Botafogo bajó al PSG, Flamengo al Chelsea y Fluminense le sacó un empate al Dortmund.
Pase lo que pase en el Hard Rock Stadium, un ratito después del partido Messi vivirá un momento especial porque será el inicio de su cumpleaños, el martes 24. “No tenemos nada preparado pero si Leo se invita algo allí estaremos”, bromeó Jordi Alba, uno de sus socios en la intimidad del plantel. En Miami esperan que el festejo sea con clasificación..
