récords, marcas inéditas y la lucha entre ser un prodigio y una niña de 12 años al mismo tiempo

récords, marcas inéditas y la lucha entre ser un prodigio y una niña de 12 años al mismo tiempo


Podrá hablarse de las cuatro medallas doradas de la canadiense Summer McIntosh en 400 metros libre, 200 mariposa y 200 y 400 medley. Del duelo que le ganó en los 800 libre la estadounidense Katie Ledecky, reina también de los 1.500, quien escolta a Michael Phelps con 30 preseas, 23 de ellas de oro, como máximos multimedallistas mundialistas. Del joven portento francés Léon Marchand, victorioso en los 400 y en los 200 medley, en cuya semifinal batió un récord que llevaba 14 años. De otros que hicieron doblete: el rumano David Popovici (100 y 200 libre), el tunecino Ahmed Jaouadi (800 y 1.500 libre), el chino Qin Haiyang (50 y 100 pecho), el francés Maxime Grousset (50 y 100 mariposa), la australiana Kaylee McKeown (100 y 200 espalda) y la estadounidense Gretchen Walsh (50 y 100 mariposa). Podrá hablarse de ellos y de ellas, pero si al analizar lo sucedido en el reciente Mundial de natación disputado en Singapur se olvida a la china Yu Zidi se cometería no sólo un error conceptual sino una falta de respeto a la historia.

La púber asiática comenzó ese campeonato con 12 años, 9 meses y 11 días, y ocho jornadas después se fue con una medalla de bronce en la posta 4×200 libre -no corrió en la final sino en la serie- y tres cuartos puestos en los 200 mariposa y en los 200 y 400 medley. En estas tres pruebas se quedó fuera del podio por 31, 6 y 50 centésimas, respectivamente. Una distancia tan insignificante como dolorosa, aunque lejos estuvo de lamentarse.

“Es muy emocionante, es una sensación agradable”, declaró en Singapur la niña Yu, quien recibió una exención para poder competir porque cumplía con los requisitos de marcas A. Es que las reglas marcan que los nadadores deben tener 14 años para participar en los Mundiales.

Cuando le preguntaron si era una “genia”, la respuesta de la joven fue lapidaria: “No. Es todo producto del entrenamiento duro”.

Su bronce la convirtió en la medallista más joven en la historia de los Mundiales, ya que superó a la canadiense Allison Higson, quien en 1986 había sido bronce en los 200 pecho con 13 años y 158 días. La danesa Inge Sorensen tiene el récord de haber subido al podio en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 con 12 años y 23 días para recibir la medalla bronceada en los 200 pecho.

Yu Zidi ganó una medalla de bronce en el Mundial de Singapur.
Foto Reuters

Catorce años tenía la japonesa Kyoko Iwasaki cuando se proclamó campeona olímpica de los 200 pecho en Barcelona 1992, la misma edad con la que la húngara Krisztina Egerszegi ganó el oro en 200 espalda y la plata en 100 espalda en Seúl 1988. Un año más tuvo que esperar Ledecky, la nadadora con más medallas de oro en Juegos Olímpicos y en Mundiales, para ganar su primer título olímpico en Londres 2012 con 15 años y 139 días.

Ahora bien, el descomunal rendimiento de Yu generó un revuelo a troche y moche, porque abre interrogantes sobre diferentes tópicos. ¿Hasta dónde llegará la precocidad del ser humano? ¿Cómo afecta el entrenamiento y la competencia en el alto rendimiento a la salud física y mental de un niña en desarrollo? ¿Hay límites cuando se habla de jóvenes atletas en plena pubertad? ¿Se debe trabajar de manera diferencial?

¿Quién es esta chica?

“Era verano, hacía mucho calor, así que fui a un parque acuático con mi padre. Iba a las piscinas para refrescarme, me la pasaba de pileta en pileta y entonces un entrenador me vio y me preguntó si quería nadar más rápido”, le explicó Yu a la agencia Xinhua. Tenía 9 años. Desde entonces, no ha dejado de sorprender la china que desde diciembre de 2021 forma parte del programa de entrenamiento de la provincia de Hebei, al sur de Beijing.

Su vida transcurre entre las clases y los entrenamientos, a la vez que va ganando notoriedad pública y ha conseguido elevar mucho las expectativas de los aficionados. “Mis días están muy llenos, no tengo mucho tiempo. Pero es algo muy enriquecedor”, aseguró antes del Mundial.

Y reconoció que estuvo a punto de abandonar el deporte por el agotamiento que le generaba junto a los estudios, pero no lo hizo porque se dio cuenta de que la natación es una parte de su vida y que “el entrenamiento duro dará buenos resultados”.

Yu Zidi ganó una medalla de bronce en el Mundial de Singapur.
Foto ReutersYu Zidi ganó una medalla de bronce en el Mundial de Singapur.
Foto Reuters

En el Campeonato Nacional de China impactó con sus tiempos récord para una nadadora de su edad. Tanto que el logrado en 400 medley le hubiera permitido ser cuarta en los Juegos Olímpicos de París 2024 y el de los 200 mariposa la hubiera dejado al borde del podio olímpico.

En China la comparan con Ye Shiwen, quien a los 16 años se convirtió en la nadadora más joven de ese país en colgarse una medalla olímpica, en Londres 2012. Su entrenador, Li Chao, alabó su “excelente sentido de la carrera” y su concentración, que en su opinión “supera ampliamente” la de los deportistas de su edad. Y el entrenador australiano de la Selección china, Michael Bohl, va incluso más lejos: “Nunca he visto a una niña de 12 años nadar de esta manera. Si continúa esta tendencia, se va a convertir en un pilar de la natación china”.

Su frescura e inocencia le permiten a Yu tomarse los objetivos con algo de sentido del humor, intentando salir de lo mecánico que es el trabajo en el alto rendimiento. Por ejemplo, la niña sorprendió al comparar una de sus pruebas con la comida. “Las pruebas combinadas, que requieren cuatro estilos y habilidades diferentes, se consideran las más difíciles en natación, especialmente los 400 medley -dijo-. Sin embargo, para mí es como degustar diferentes platos. Es divertido pensar en comida deliciosa mientras entreno para las pruebas combinadas más difíciles”.

Los dilemas del cuerpo y de la mente

“Mis pulmones estaban a punto de explotar”, citó Xinhua a Yu tras ganar en el campeonato de su país, en Shenzhen. “Sería genial poder competir a nivel internacional”, dijo acto seguido, sabiendo que lo que vendría en Singapur sería muy bueno.

Pero luego de que la World Aquatics tuiteara: “¡Atención a la sensación de 12 años!” y llegaran los resultados en el Mundial, comenzó a hablarse de esos temas que son tangenciales pero están necesariamente imbricados con los resultados.

¿Es seguro y sano, desde una perspectiva médica, que atletas tan jóvenes compitan en grandes escenarios de alto rendimiento? “Se trata de competir ante millones de ojos, miles de personas con expectativas muy grandes y la gran mayoría de las veces sin una red emocional muy sólida. Esta red emocional, de la que incluso la mayoría de deportistas carece, porque no es fácil construirla, en una edad tan temprana es más probable que falte. Toda esta presión puede generar ansiedad, alteraciones del sueño, trastornos de la alimentación o incluso al rechazo del deporte si no se gestiona bien”, le explicó a la agencia EFE la doctora Patricia Núñez de Aysa.

El alto rendimiento en la infancia es posible, pero tiene que ir de la mano de la salud física y mental. Es indispensable para que el deportista pueda ir desarrollándose de manera saludable. Es una visión a largo plazo. No solo queremos campeonas ahora: queremos mujeres sanas, íntegras y felices y capaces dentro de diez años”, advirtió la profesional con preocupación.

La china Yu Zidi, nuevo ícono del deporte joven de su país.
Foto APLa china Yu Zidi, nuevo ícono del deporte joven de su país.
Foto AP

En la misma línea se manifestó Christian Hansmann, director deportivo de la Federación Alemana de Natación, quien aseguró: “Hacer nadar a una niña de 12 años delante de 5.000 espectadores, bajo la presión de medios de comunicación y entrenadores, es demasiado pronto”.

Un cerebro que todavía está en crecimiento es altamente sensible al estrés y su cronicidad. “Si no se acompaña de un apoyo educativo y psicológico muy claro, puede ir dejando cicatrices en los deportistas. Es muy importante que niñas y niños de la edad de Yu Zidi tengan un entorno que los proteja, los cuide y les recuerde que antes de deportistas son personas que además están en crecimiento”, explicó Núñez de Aysa.

Obviamente que el efecto dominó fue lógico y los resultados de Yu llevaron a mayor atención y a poner en foco en los límites reglamentarios de la World Aquatics. “Vamos a examinar la situación y ver si debemos ir más lejos o si estamos cómodos con nuestra posición. Nuestros criterios mínimos son tan estrictos que no pensaba que una niña de 12 años los alcanzaría”, se justificó Brent Nowicki, director general de la entidad.

Y concluyó abriendo el paraguas: “Claramente, ella es rápida. Podría ser algo verdaderamente interesante para seguir deportivamente, pero ahora creo que debemos hacernos la pregunta de si debemos poner límites”.

La joven china genera repercusiones también en sus colegas o en ex nadadores. En la BBC se produjo un interesante contrapunto entre ex deportistas devenidos en comentaristas: de un lado, Karen Pickering, dueña de cuatro títulos mundiales, y del otro Steve Parry, medallista olímpico de bronce en los 200 mariposa de Atenas 2004.

“Ver a esta joven es sorprendente, pero también plantea la pregunta de cuánto tiempo lleva entrenándose duro. ¿Qué tipo de entrenamiento está haciendo? ¿Cómo la afecta físicamente? -se preguntó Pickering-. Me preocupa el impacto físico que pueda tener en una niña realizar tanto entrenamiento. Lo hemos visto en gimnastas a las que se les exige demasiado a una edad temprana y el impacto que eso tiene en su cuerpo a largo plazo”.

Parry se paró en la otra vereda y valoró como “positiva” la participación de Yu. “Es una niña de 12 años y es lógico que nos hagamos preguntas, pero yo fui derrotado por Michael Phelps, que tenía 15 años en Sydney, y él se convirtió en el mejor nadador de la historia”, resumió. Pero advirtió: “Podés tener jóvenes como Yu o Ledecky, pero tenemos que cuidar su salud mental y asegurarnos que no se les exija demasiado físicamente. Estos jóvenes protegidos deben ser celebrados”.

¿Qué dicen las rivales de la niña maravilla? “No es normal que una chica de 12 años tenga semejante presión. Yo tengo 22 y manejar un Mundial puede ser difícil. Además, intentaba no concentrarme en ella porque me fastidia perder contra una niña diez años menor que yo”, admitió la francesa Lilou Ressencourt, a quien Yu justamente le ganó en una semifinal de los 200 mariposa. Mientras que la canadiense Mary-Sophie Harvey, quien le ganó el bronce en los 200 medley por apenas 6 centésimas, fue clara y concisa sobre Yu Zidi: “En Los Angeles 2028 la veremos más a menudo”.