EE UU ha bombardeado Irán. Con su ataque en la madrugada del sábado al domingo, la primera potencia mundial se incorpora al conflicto entre Irán e Israel. Lo hizo atacando tres instalaciones clave del programa nuclear iraní: Fordow, Natanz y Isfahán.
Los aviones B-2 Spirit lanzaron bombas antibúnker al menos sobre la planta subterránea de Fordow, una instalación de enriquecimiento de uranio. Trump ha explicado en una entrevista que seis de estas bombas fueron lanzadas allí, y que treinta misiles Tomahawk fueron disparados contra otras instalaciones nucleares. “Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra las tres instalaciones nucleares”, ha publicado el presidente estadounidense en sus redes sociales.
Fordow
Situada a unos 100 kilómetros al suroeste de Teherán, la instalación de Fordow es una pieza clave del programa nuclear iraní, por su capacidad para enriquecer uranio.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) constató en marzo de 2023 que las centrifugadoras de Fordow podían enriquecer el uranio a niveles del 60%, por encima de lo requerido para el uso civil. Habrían llegado a hacerlo al 83,7%, cerca del 90% necesario para montar un arma nuclear.
Según la inteligencia israelí, Fordow esconde sus centrifugadoras a unos 80 metros bajo tierra. Esta es una foto satelital de este domingo, después del ataque estadounidense. No se observan grandes desperfectos a simple vista.
En otras imágenes satelitales capturadas durante los últimos días por la empresa estadounidense Maxar se aprecia un gran movimiento de vehículos pesados en los alrededores de las instalaciones. En una imagen tomada el pasado jueves se observan 16 camiones aparcados al lado de la entrada del túnel. Según el análisis de la organización Open Source Centre británica, las autoridades iraníes se estaban preparando ante un posible ataque.
Natanz
La planta de Natanz está situada a unos 225 kilómetros al sur de Teherán, en la provincia de Isfahán. Este centro cuenta con un extenso entramado de túneles donde se resguarda un taller de fabricación de centrifugadoras de uranio. La planta de Natanz fue objetivo de los misiles israelíes desde el inicio de la agresión que comenzó el pasado día 13 de junio. La siguiente imagen satelital es del pasado enero.
Isfahán
Se desconoce cuál ha sido el objetivo nuclear del ataque estadounidense en Isfahán. En esta provincia se encuentra, además de Natanz, el centro de tecnología nuclear de la universidad de Isfahán. Es uno de los complejos de investigación nuclear más importantes de Irán. Teherán lo construyó con ayuda china en 1984 y dispone de tres pequeños reactores atómicos proporcionados por Pekín destinados a la investigación. En él trabajan más de 3.000 científicos.
La bomba antibúnker usada por EE UU
La antibúnker GBU-57 es la mayor bomba convencional de EE UU. Unas 13 toneladas de acero y explosivos con capacidad para perforar más de 60 metros de roca. Operan en libre descenso y además se detona con una espoleta retardada, diseñada para causar el máximo daño contra galerías subterráneas. Solo el bombardero furtivo B-2 puede llevarla, a razón de dos unidades por aparato.
La pasada madrugada, al menos seis de estas bombas se dejaron caer sobre la planta de Fordow. Además, un funcionario citado por The New York Times, aseguró que otras dos impactaron en Natanz. Todavía se desconoce el alcance de los daños logrados por el ataque.
La posible represalia de Irán
El ministro iraní de Exteriores, Abbas Araghchi, prometió este domingo “consecuencias eternas” y afirmó que Teherán se reserva “todas las opciones” para responder al ataque estadounidense. Pocas horas después del ataque de EE UU, la República Islámica lanzó una nueva oleada de misiles que alcanzó Tel Aviv e hirió al menos a 16 personas.
El ataque marca la entrada directa de Estados Unidos en el conflicto entre Israel e Irán, rompiendo décadas de confrontación por poderes interpuestos. Estados Unidos cuenta con más de una docena de bases militares en países próximos a Irán, todas ellas al alcance teórico de los misiles iraníes de largo alcance.
