La nieve que sorprendió a varias localidades del conurbano bonaerense este lunes volvió a poner en relieve un fenómeno meteorológico sumamente inusual para la región: la nieve. Pese a la emoción que genera, la pregunta recurrente es siempre la misma: ¿por qué nieva tan poco en Buenos Aires?
La respuesta reside en la combinación específica y rara vez perfecta de tres factores fundamentales, que deben darse para que los copos blancos lleguen al suelo y se mantengan:
Es necesario temperaturas bajo cero en todas las capas atmosféricas. No alcanza con que haga mucho frío en la superficie. Para que la nieve se forme en las nubes y no se derrita en su descenso, la temperatura de la atmósfera, desde las nubes hasta el suelo, debe estar en 0°C o menos. La cercanía de Buenos Aires al Río de la Plata y al océano Atlántico suele suavizar las temperaturas invernales, dificultando esta condición.
Para que se formen los cristales de hielo en las nubes y, posteriormente, los copos, es indispensable una cantidad adecuada de humedad en el aire. Si el frío es seco, no habrá precipitación en forma de nieve.
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Nieve en Buenos Aires: así luce Tigre
Por último, y no menos importante, debe haber nubes que generen precipitación. Es decir, la humedad debe condensarse y caer en forma de nieve.
Lo que ocurre con frecuencia en Buenos Aires es que, cuando el aire es muy frío, tiende a ser también bastante seco. Y cuando hay suficiente humedad para precipitar, las temperaturas en las capas medias o bajas de la atmósfera no son lo suficientemente bajas como para que esa precipitación llegue en forma de nieve y no de lluvia o aguanieve.
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Nieve en Buenos Aires: se cumplió el pronóstico de nevadas en el Conurbano
Las nevadas en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores son eventos que quedan grabados en la memoria colectiva por su rareza. Las más recordadas y extendidas en el tiempo fueron:
La reciente caída de nieve en localidades como Pilar, San Miguel, José C. Paz, Escobar y Morón este lunes, es el resultado de una intensa ola de frío polar que logró alinear las condiciones necesarias para que este fenómeno tan particular se hiciera visible. Cada vez que ocurre, la nieve en Buenos Aires se convierte en un acontecimiento que paraliza y emociona a sus habitantes, confirmando su estatus de rareza meteorológica.
Tras el gélido lunes, que tiñó de blanco algunas localidades del Conurbano, el AMBA se prepara para una semana con temperaturas en gradual ascenso, aunque el frío invernal persistirá en las mañanas. La buena noticia para quienes no son amantes del frío extremo es que las condiciones que permitieron la nevada ya no se esperan en el corto plazo.
Para el martes 24 de junio, se esperan mínimas que rondarán los 1° a 2°C en algunos puntos, y máximas que podrían alcanzar los 12 a 13°C. El cielo se presentará mayormente despejado o ligeramente nublado, lo que ayudará a sentir un poco más de calidez durante el día, aunque las mañanas seguirán siendo muy frescas.
A medida que avance la semana, el ascenso será más notorio. Entre el miércoles y el viernes, las temperaturas mínimas se ubicarán entre los 4 y 6°C, mientras que las máximas treparán a los 13 a 15°C. El sol será protagonista gran parte de estos días, lo que mejorará la sensación térmica y brindará jornadas más agradables.
El fin de semana (sábado 28 y domingo 29 de junio) mantendrá la tendencia de temperaturas moderadas para la época invernal, con mínimas alrededor de los 7 a 8°C y máximas que oscilarán entre los 10 y 13°C. Es posible que se registren algunas precipitaciones aisladas hacia el domingo, con lluvias y lloviznas ocasionales, especialmente por la tarde.
Para decepción de quienes disfrutaron de los copos blancos y la foto viral, los pronósticos indican que no hay probabilidad de que vuelva a nevar en Buenos Aires esta semana.
Las condiciones atmosféricas que propiciaron el evento del lunes, con una combinación de aire polar extremadamente frío y la humedad necesaria en todas las capas de la atmósfera, no se repetirán en los próximos días. Si bien las mañanas continuarán siendo frescas, no se esperan las temperaturas bajo cero de manera sostenida y en altura, un requisito indispensable para que la precipitación caiga en forma de nieve y no de lluvia.
En resumen, el AMBA se despide de la histórica nevada para dar paso a una semana más templada, con el sol asomándose y sin pronóstico de nuevas sorpresas blancas en el horizonte cercano.