Ana Blandiana, poeta y narradora rumana: “Los robots podrán hacer versos y rimas, pero nunca comprenderán la obstinación por expresar lo inexpresable”
La poeta y narradora rumana Ana Blandiana, premio Princesa de Asturias de las Letras, es una de las grandes voces de la literatura europea y figura indispensable en la resistencia al régimen totalitario de Nicolae Ceausescu. Blandiana ha comenzado su intervención deteniéndose en la historia de su país. “Cada nuevo logro me devuelve al lugar de donde partí, un lugar que en la historia se llamó Dacia Felix cuando fue conquistado por el emperador Trajano”, ha contado la autora, para agregar después que aquel es un enclave ubicado entre varios imperios enemigos al que solo el Mar negro ha respetado a lo largo de los tiempos. “Nuestra latinidad, exiliada en el otro extremo del continente, nos ha singularizado y nos ha dado, junto con la conciencia de que somos diferentes de los que nos rodean, el sentimiento de soledad en la historia”. De ese sentimiento del que nunca ha podido distanciarse, ha asegurado, germina su poesía como una solución de supervivencia.
“Por increíble que parezca, durante las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado, en las cárceles comunistas de Rumanía se produjo una auténtica resistencia a través de la poesía”, ha relatado Blandiana. De hecho, ha proseguido, el primer Memorial a las Víctimas del Comunismo del mundo, fundado en Bucarest por la organización Fundatia Academia Civica que ella misma preside, incluye una sala con las paredes y el techo enteramente cubiertos de poemas nacidos durante las detenciones. “A falta de lápiz y papel, que estaban prohibidos, todo poema necesitaba para su existencia de tres personas: la que lo componía, la que lo memorizaba y la que lo transmitía a través del alfabeto morse, y a pesar de estas precarias circunstancias se compusieron miles de poemas que consiguieron pasar de celda en celda y de prisión en prisión”, ha rememorado la escritora.
“Cuando en la poesía se escondían las últimas moléculas de libertad, la gente, asfixiada por la represión, las buscaba, las encontraba y las respiraba para sobrevivir. La poesía no habla de la realidad, sino que es capaz de construir otra realidad en la que podemos salvarnos”, ha continuado Blandiana. Desde el punto de vista etimológico, en griego antiguo el término poesía viene del verbo poiein, que significa construir, ha recordado la escritora. Y ese mismo afán por inventar otros mundos la ha llevado a perfilar una prosa irónica y mordaz que también se ha detenido en las nuevas tecnologías. “Ahora que los robots van camino de ser superiores a los humanos, tendremos que intentar situarnos por encima de todo lo que ellos no entienden. Porque los robots podrán hacer versos, rimas, ritmos yámbicos, tróqueos, dáctilos, sonetos, redondillas, epopeyas, pero nunca comprenderán el sufrimiento y la obstinación por expresar lo inexpresable”, ha sentenciado Blandiana.