Marcelo Daniel Gallardo sabe mejor que nadie que a los goleadores se los juzga principalmente por los goles. Si un delantero de área rebota mal todas las pelotas que recibe, pero hace tres goles, habrá completado un gran partido. En cambio, si trabaja bien para el equipo y falla los cuatro mano a mano que tiene, su rendimiento será pobre. Esto último es lo que le sucedió a Miguel Ángel Borja en el duelo de Copa Argentina de River frente a San Martín de Tucumán. El Colibrí no jugó mal -ojo: tampoco brilló- afuera del área, aunque desperdició las muchas situaciones claras que tuvo. Por eso llamó un poco la atención el enfático respaldo del Muñeco en la conferencia posterior al encuentro en Santiago del Estero. ¿O acaso el entrenador ya tenía la información de que probablemente no contaría con Maximiliano Salas y Sebastián Driussi para la ida ante Libertad por los octavos de final de la Copa Libertadores e intentó levantar el ánimo de Borja?
No es una revelación: Borja es el tercer delantero en la consideración de Gallardo. Las alternativas principales para moverse en el sector centro del ataque son Sebastián Driussi y Maximiliano Salas, más allá de que el ex Racing puede correrse a cualquiera de los costados. Pero el Muñeco no recibió noticias alentadoras en los últimos días y es posible que ninguno de los lesionados esté en condiciones de jugar en Paraguay el jueves 14. Así, se la abre una nueva posibilidad dorada al Colibrí, a quien se le vence el contrato en diciembre y quien además es cuestionado por varios hinchas del elenco de Núñez.
“Borja está pasando una racha negativa, pero me gustó cómo se movió. Es un jugador que siempre ha hecho goles: tiene que tranquilizarse, no encerrarse en esa condición de frustración que es normal en un 9 que puede hacer goles y no los hace. Lo seguiremos apoyando mientras tenga las oportunidades. Mientras él tenga confianza en sí mismo, dentro de las posibilidades que tenemos, va a seguir teniendo minutos”, explicó Gallardo.
Y luego tuvo un intenso ida y vuelta con un periodista que aseguró observar incómodo al colombiano. “¿Vos lo viste incómodo? Tuvo cinco situaciones de gol. Si de las cinco situaciones hubiese concretado una no me estarías diciendo eso. El análisis que debo hacer yo es otro: no lo vi incómodo para nada. Miguel generó para el equipo, le faltó el gol nada más. Si incómodo es si hace o no hace el gol, es muy flaquito el análisis tuyo. A Miguel se lo analiza si hace o no goles. Es goleador. Cuando lo fui a buscar, fui a buscar un goleador, no a alguien que hiciera el trabajo de Borré, de Salas, de Julián Álvarez”.
Tendrá revanchas Borja. La primera le llegará el sábado en Avellaneda ante Independiente. Y el rendimiento del colombiano de 32 años en el Libertadores de América será vital para determinar si Gallardo arriesga a Driussi o Salas de cara al duelo contra Libertad. El Gordo aún se recupera del esguince severo en el ligamento interno de su tobillo izquierdo que sufrió el 17 de junio en el partido ante Urawa Red Diamonds en el Mundial de Clubes, mientras que el Mencho padeció un esguince distal del ligamento colateral medial izquierdo durante el duelo contra San Lorenzo del 27 de julio. Se especuló que ambos iban a entrenar a la par de sus compañeros esta semana, pero no pudieron hacerlo. Por eso asoma la nueva chance para el Colibrí.
No son buenos los números de Borja en 2025: jugó 32 partidos y anotó 7 goles. Lo raro es que festejó solo una vez (ante Sarmiento en Junín) en las 11 veces que fue titular. Y más: los últimos tres goles que señaló fueron para decorar victorias: el cuarto en el 4-1 ante Vélez, el quinto en el 6-2 frente a Independiente del Valle y el tercero en el 3-1 con Platense.
Por la falta de confianza y de festejos del colombiano, Gallardo optó por dejarlo todos los minutos en cancha ante los tucumanos, relegando en el banco a los juveniles Ian Subiabre y Bautista Dadín, quienes podían haber sumado algo de rodaje cuando el partido ya estaba liquidado. Aunque tal vez el Muñeco ya estaba pensando en el futuro y era consciente que será con Borja desde el inicio que empezará a jugarse buena parte del semestre que tiene a la Libertadores como el anhelo máximo.