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Ganar, se ganan partidos. Se ganan puntos. Pero también en el fútbol se gana confianza. Germán Pezzella estuvo incluido en este último subconjunto de triunfos que, a modo de mamushka, quedaron encerrados dentro del 3-0 a San Martín de Tucumán: en su reaparición como titular, el zaguero de 34 años fue una copia a escala 1:1 de su mejor versión. De aquella que había mostrado en su regreso, hace exactamente 364 días.

Pezzella quizás haya jugado su mejor partido con River desde la fatídica noche en Belo Horizonte frente a Atlético Mineiro, por la semifinal de ida de la Copa Libertadores. Pero si aquella floja actuación en Brasil fue una especie de break point de su rendimiento post retorno a Núñez procedente del Betis, el partido que disputó en Santiago del Estero puede llegar a tener un efecto inverso. Y positivo.

Con Lucas Martínez Quarta rehabilitándose de un esguince de rodilla que lo podría relegar de la llave de octavos de la Libertadores frente a Libertad -pero con un Sebastián Boselli que volvió de Estudiantes tonificado por la continuidad- Pezzella demostró que entiende que para sostenerse como alternativa en la zaga debe rendir como lo hizo en el Madre de Ciudades. Con un boletín impecable.

Con cuatro éxitos en duelos aéreos (de siete intentos), otros tres yendo al piso (de cinco), Pezzella lideró el ranking de acciones defensivas (ocho) anotándose además quites prolijos en el piso y sin cometer faltas (tres), un tiro bloqueado, un anticipo y otros tres despejes. Siendo siempre salida prolija desde el fondo (falló apenas nueve de los 61 pases que trazó, con un 85% de efectividad) y cometiendo pocos foules: apenas dos.

Incluso en ofensiva la participación de Pezzella fue buena aportando una asistencia: le bajó con pericia de centrodelantero avezado una pelota perfecta a Gonzalo Montiel en el gol que abrió el partido hasta ese momento durísimo frente a SMT. Una planilla que refrenda sus capacidades en ambas áreas. Y que habrá nutrido su propia confianza.

Porque River está arrancando un agosto agitado. Un mes en el que tendrá que disputar siete partidos: cuatro por el Clausura (Independiente, Godoy Cruz, Lanús y San Martín SJ), dos por la CL (ambos ante Libertad) más el potencial cruce de octavos de final de la Copa Argentina, el cual podría celebrarse en la última semana larga del mes, la posterior a la llave de eliminación directa en la Libertadores y la previa a la fecha FIFA.

En esa coyuntura, si Martínez Quarta no llega a ponerse a punto, entonces Pezzella tendrá la oportunidad de jugar como titular al menos ocho encuentros, algo que no hilvana desde principios de año. Sabiendo GP que la pulseada con Boselli está latente, que la zaga es uno de los sectores del campo con mayor nivel de competencia interna y que para imponerse deberá sostener lo que mostró en Santiago. Donde River ganó un partido y él, mucha confianza.