El príncipe Enrique de Inglaterra confesó en su autobiografía En la sombra que había recurrido a una guía espiritual para invocar a su difunta madre, la princesa Diana de Gales, quien tenía un gran interés en el mundo místico y recurría a su psíquica personal, Sally Morgan, hasta tres veces por semana. Pero la inclinación y el interés por los sucesos paranormales y el esoterismo no es exclusiva del hijo menor de Carlos III y Lady Di, sino que es compartida por la familia real británica. El biógrafo Robert Hardman, en el último episodio el podcast de Daily Mail Queens, Kings and Dastardly Things, publicado este 7 de agosto, ha recordado una historia relacionada con los royals y lo paranormal: ocurrió una noche de 1953 en la que la reina Isabel II asistió a una sesión espiritista para conectarse con su fallecido padre, el rey Jorge VI.
El relato comienza en la residencia real de Sandringham, en Norfolk, (Inglaterra), donde el personal de la finca en la que los Windsor celebran las Navidades estaba asustado por fenómenos inexplicables que ocurrían en el dormitorio donde Jorge VI había muerto en 1952. La situación se agravó hasta el punto en que el que decidieron apelar a la Reina Madre. Para hacer frente a la situación, la madre de Isabel II contactó en 1953 con un párroco local para que realizara una “ceremonia de limpieza religiosa” dentro de la habitación, invitando a su hija y a su dama de compañía, Prue Penn, a asistir.
“No fue un exorcismo convencional. No hubo una expulsión dramática de demonios, como se ve en las películas. Se decía que la habitación albergaba un espíritu atormentado y que el párroco debía bendecir el espacio”, explica Hardman en su conversación con su copresentadora, Kate Williams, sobre una anécdota que fue reportada por primera vez en 2000 por el difunto Kenneth Rose, biógrafo real y periodista. Durante el servicio en la habitación embrujada, se tomó la comunión y se pronunciaron oraciones especiales cuyo objetivo era disipar el espíritu errante de Jorge VI. Aunque, tal y como especuló Rose en su momento: “Nadie estaba seguro de quién se suponía que era el fantasma”.

Sigue siendo un misterio si los miembros de la realeza británica que participaron en la sesión espiritista de 1953 creían los miedos del personal de palacio sobre los fenómenos paranormales. Según cuentan Hardman y Williams en su podcast, creen que la Reina Madre decidió hacer la sesión para demostrarles a sus sirvientes que se tomaban en serio sus preocupaciones. Y Harman añade también sus propias impresiones sobre las asistentes: “Era particularmente extraño que Isabel II asistiera, dado su cinismo hacia este tipo de teoría salvaje. La difunta Reina tenía una fe fuerte, pero no era supersticiosa. No tenía tiempo para esas teorías, pero sí tenía un fuerte sentido de lo espiritual, como lo tiene el rey Carlos III”.
Esta sesión espiritista no fue la única en la que participaron la Reina Madre e Isabel II. El documental The King of UFOs (2024) recoge algunas de las más interesantes. Entre ellas destaca una protagonizada por Lilian Bailey, médium de confianza de la familia real, tras haber forjado una amistad con el logopeda de Jorge VI, Lionel Logue en una fecha que no se especifica. La psíquica fue contactada para realizar una sesión privada a unos clientes que, en un principio, permanecieron anónimos. Bailey fue llevada con los ojos vendados desde su casa en Wembley hasta una casa en Kensington, donde entró en trance y compartió diversos mensajes del más allá. Los informes afirman que, cuando salió de su trance, se le permitió quitarse la venda de los ojos y se sorprendió al ver a Isabel II, junto a su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, su madre, su hermana, la princesa Margarita y su prima hermana, Alejandra de Kent, y el esposo de esta, Angus Ogilvy.

Las relaciones con lo esotérico y los sucesos paranormales de la familia real británica comenzaron con la reina Victoria. En la época victoriana (1837-1901), estaba de moda recurrir a guías espirituales y la monarca no fue una excepción. Según The King of UFOs, recurrió al médium Robert Lees para que la ayudara a comunicarse con su difunto esposo, el príncipe Alberto, después de que el vidente de Birmingham la impresionara con una lectura cuando él tenía 13 años. Más adelante, canalizó al que fue esposo de la monarca a través de uno de sus asistentes de confianza, John Brown, cuyo fantasma fue percibido años más tarde por Isabel II. “Nuestra querida difunta reina siempre decía que había fantasmas y decía: ‘Nunca voy a Glas-allt-Shiel [la cabaña junto al lago en Balmoral] sin los corgis porque ellos lo perciben antes que yo. Se les eriza el pelo y empiezan a gruñir, así que nunca voy sin ellos y nunca paso la noche allí”, recordó el mayordomo Paul Burrell al periódico Mirror el 22 de enero de 2024. Y añadía el dato que, en su opinión, inquietaba a la soberana: “La reina Victoria solía pasar la noche allí con John Brown”.

La lista de sucesos en las viviendas reales británicas continúa. El historiador paranormal Richard Felix afirma en el documental anteriormente citado que “todas sus propiedades tienen fantasmas, lo saben y lo han presenciado. La difunta reina vio a su tocaya, la reina Isabel I, en la biblioteca del castillo de Windsor. El rey [Carlos III] ha visto el mismo fantasma y su abuelo Jorge VI vio a la reina Isabel I ocho veces en la biblioteca antes del comienzo de la II Guerra Mundial”. Otros fantasmas avistados en Windsor incluyen a Jorge III murmurando “qué” una y otra vez, y a Enrique VIII gimiendo y quejándose a causa de su pierna ulcerada, le contó la experta en realeza británica Hilary Fordwich a Vanity Fair en una pieza del 30 de octubre de 2024.
De la actual familia real británica, la mayor creyente en fantasmas es la reina Camila. Según su hijo, Tom Parker Bowles, la mansión de Wilshire donde creció estaba embrujada. “De niño, las habitaciones le daban miedo. Siempre hacía frío. Había mucha gente muy racional que, en plena noche, se subía a un coche y conducía de vuelta a Londres porque algo se les había metido en la cama, y era un espíritu”, contó en el podcast Rosebud de Gyles Brandreth el 26 de septiembre de 2024. El fantasma, incluso, se apareció ante la dueña de la casa: “Mi madre dice que se despertó en medio de la noche y una presencia la inmovilizó en la cama”. Camila también ha hablado de su miedo a Dumfries House, un refugio del siglo XVIII que el actual monarca británico mandó restaurar. “Sin duda, había un fantasma”, recordó ella en el documental The Real Camilla, Duchess of Cornwall (2018). “Subí las escaleras, entré al recibidor y pensé: ‘No puedo seguir adelante’. Me quedé paralizada… Recuerdo que pensé: ‘No quiero volver, y no lo hice durante años”.

Y, según escribe John West en su libro Britain’s Ghostly Heritage, Carlos de Inglaterra y un miembro del personal huyeron aterrorizados de la biblioteca de Sandringham. Y Felix afirma que Anmer Hall, la actual residencia del príncipe de Gales, Guillermo y Kate Middleton, está embrujada: “Había un fantasma de un sacerdote católico que tenía allí su residencia y fue ahorcado, arrastrado y descuartizado por alta traición, y por alguna razón, ahora ha regresado a su hogar”.
Mientras existan los castillos antiguos y la monarquía, las historias de apariciones seguirán intrigando y apareciendo en los medios. En julio de 2024, una seguidora de la realeza compartió unas imágenes con Radar Online de lo que parecía el fantasma de Isabel II sosteniendo su emblemático bolso Launer en una habitación del castillo de Windsor.