le ganó al dueño del récord mundial de los 400 metros, bajó otra vez los 45 segundos y logró otra plusmarca nacional

le ganó al dueño del récord mundial de los 400 metros, bajó otra vez los 45 segundos y logró otra plusmarca nacional

En la noche madrileña de este sábado 19 de julio, en la pista del Estadio Vallehermoso, Elián Gaspar Larregina -el mejor atleta argentino de los últimos tiempos- acaba de concretar la mayor hazaña en lo que va de su campaña deportiva.

El velocista surgido de Suipacha, en el interior bonaerense, ganó por segundo año consecutivo los 400 metros llanos en el Gran Premio Internacional de Madrid, batiendo por novena vez su récord nacional de esta exigente prueba: marcó 44s53. Pero, además, entre sus vencidos estaba nada menos que el recordman del mundo, el sudafricano Wayde van Niekerk.

Larregina repitió su victoria de 2024, cuando había atravesado por primera vez la “frontera” de los 45 segundos (fueron 44s93 que le dieron su pasaporte a los Juegos Olímpicos de París, donde alcanzó las semifinales).

Ahora, Larregina completó su tour europeo que había iniciado el 22 de junio con récord nacional de 44s67 en Troyes (Francia) y que luego incluyó sus victorias en Ordizia/España (44s99) y Dublin (45s08 el 11 de julio). Todo esto, junto a la gran actuación madrileña, lo catapulta hacia el Campeonato Mundial de Tokio, para el cual ya está directamente clasificado.

El pupilo del profesor Javier Morilla dejó ahora en el segundo puesto al italiano Edoardo Scott (44s75) mientras que Van Niekerk terminó tercero con 44s91.

El sudafricano Van Niekerk estableció un récord mundial “estratosférico” hace nueve temporadas con 43s03, cuando logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro 2016. También obtuvo en dos oportunidades el título mundial de los 400 metros (Beijing 2015, Londres 2017) y se convirtió en uno de los pocos velocistas en la historia con el triple mérito: tiene marcas debajo de 10 segundos en 100 metros, debajo de 20 segundos en 200 y debajo de 44 segundos en 400. Sin embargo, una lesión sufrida cuando jugaba rugby -otro de sus pasatiempos favoritos- le obligó a un paréntesis, del cual viene tratando de recuperarse.

Más allá de ese apunte -corriendo por debajo de 45s Van Niekerk es un serio contendiente-, Larregina tiene muchos motivos para sentirse orgulloso por el resultado y por la gran evolución que viene mostrando, que incluye títulos como el Iberoamericano del año pasado en Cuiabá y su acceso a la semifinal olímpica, la primera de un argentino en más de ocho décadas en esta prueba.