Para la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), uno de los organismos de mayor nivel en la jerarquía católica del país, “en todo plan económico cuidar el empleo y las fuentes laborales debe ser una prioridad indeclinable”. El pronunciamiento, que lleva la firma del arzobispo Marcelo Colombo, presidente, del cardenal Ángel Rossi, vice primero, del obispo César Fernández, vice segundo y del secretario general, del obispo Raúl Pizarro, se difundió en las vísperas de la fiesta de San Cayetano, patrono del pan, la paz y el trabajo, que se celebra el 7 de agosto. En esta oportunidad -como viene sucediendo cada año- además de los peregrinos que se reúnen masivamente en el santuario capitalino de Liniers, está prevista una marcha impulsada por organizaciones sociales y sindicales para visibilizar la crisis social que vienen sufriendo los trabajadores en el país.
En directa referencia al plan económico, los obispos señalan que “ninguna medida puede considerarse exitosa si implica que los trabajadores pierdan su empleo o vivan con angustia e incertidumbre su futuro”. La afirmación contradice en forma directa las afirmaciones hechas el día anterior por el presidente Javier Mieli quien, en su discurso en la cena de la ultraderechista fundación Faro, se manifestó satisfecho por los presuntos éxitos del plan económico que lleva adelante su gobierno afirmando que “las jubilaciones y los salarios se multiplicaron” .
En sintonía con las demandas planteadas por los organizadores de la marcha que se iniciará el jueves próximo en San Cayetano para culminar en la Plaza de Mayo, la Comisión Ejecutiva del Episcopado afirma que “en tiempos difíciles, valoramos todas las formas de trabajo: el empleo formal, los emprendimientos familiares, la economía popular, el reciclado, las changas”. Porque, agregan los obispos católicos, “toda actividad que, con esfuerzo, lleva dignamente el pan a la mesa merece ser reconocida, acompañada y protegida”.
El mensaje de las autoridades eclesiásticas con motivo de la fiesta de San Cayetano afirma que “junto a todos los obispos argentinos queremos unirnos a los miles de fieles que, en todo el país, se acercan a santuarios, parroquias y comunidades a pedir por su intercesión o agradecer la gracia recibida”.
Recuerdan a su vez que “la devoción a San Cayetano es una expresión profunda de la fe de nuestro pueblo, que no se resigna ante el sufrimiento y que, con esperanza y solidaridad, reza y camina, poniendo en manos de Dios sus necesidades personales y familiares más urgentes”.
En la Ciudad de Buenos Aires la feligresía se congregará mayoritariamente el 7 de agosto en el santuario de San Cayetano ubicado en el barrio de Liniers. Allí la misa central será presidida por el arzobispo porteño Jorge García Cuerva, quien además pronunciará una homilía en el lugar. Antes de la partida de la marcha promovida por organizaciones de la economía popular, gremios y sindicatos, el arzobispo y los sacerdotes bendecirán los instrumentos de trabajo.
En su mensaje la Comisión Ejecutiva afirma que la celebración de la festividad del patrono del pan, la paz y el trabajo “nos invita a escuchar el clamor de tantos hermanos y hermanas que ven en el trabajo la posibilidad de ser útiles y contribuir al bien común”. Porque, dicen los obispos, “trabajar constituye un derecho fundamental que construye la vida propia y la del grupo familiar, sostiene el tejido social”. Y subrayan que “la falta de trabajo hiere profundamente la dignidad de las personas y puede conducir al desaliento, al aislamiento y a la pérdida de sentido”.
El mensaje episcopal finaliza pidiendo la intercesión de San Cayetano “para que no falte el trabajo digno en nuestros hogares y para que quienes están desocupados o viven en condiciones laborales precarias encuentren nuevas oportunidades que les devuelvan la esperanza y mejoren su calidad de vida”.