Francisco Comesaña vomitó por el calor y levantó tres match points para ganarle a Opelka y meterse en octavos

Francisco Comesaña vomitó por el calor y levantó tres match points para ganarle a Opelka y meterse en octavos

Un enorme y trabajado triunfo consiguió Francisco Comesaña ante Reilly Opelka por la tercera ronda del Masters 1000 de Cincinnati. El marplatense venció con muchísimo esfuerzo al gigante estadounidense por 6-7 (4-7), 6-4 y 7-5 en un accidentado partido, en el que los dos jugadores tuvieron que ser atendidos por el médico en diferentes momentos, afectados por el calor, y en el que la lluvia forzó una suspensión de más de media hora en un momento decisivo del tercer parcial. El argentino pudo mantener la concentración pese a los percances y salvó tres match points ante de sellar su pase a los octavos de final -por primera vez llegó a esa ronda en un certamen de esta categoría- y asegurarse un importante salgo en la clasificación de la ATP.

El primer servicio de Opelka -que llegaba motivado tras bajar a Alex De Miñaur, ocho del mundo- fue una pesadilla para el argentino y le permitió al estadounidense llevarse el parcial en el tie break, tras dejar pasar una chance de cerrarlo al sacar con el marcador 6-5. A Comesaña, igual, se lo notaba muy enchufado y jugando un tenis de muy buen nivel. Así, fue el primero en sacar ventaja en el segundo capítulo, con un quiebre en el séptimo game para quedar 4-3. Pero cuando se preparaba para sacar 15-0 en el siguiente juego, se sintió mal y paró el juego.

La descompensación del marplatense, 71° del mundo, sorprendió a todos: estaba picando la pelota y de repente se tapó la boca con la mano y salió rápido para el banco, donde una persona de la organización le dio una bolsa para que vomitara y le alcanzaron una toalla y varias bolsas con hielo para que se refrescara.

Se lo veía mareado al argentino mientras esperaba al doctor, que le tomó la presión y le midió la oxigenación. Todavía descompuesto, Francisco pidió un tiempo médico para que lo atendieran en el vestuario y salió corriendo del estadio, como apurándose para llegar al baño.

Más de diez minutos estuvo detenido el encuentro. Pero Comesaña se recuperó y volvió a la cancha como si nada hubiera pasado. “¿Te sentís mejor? No te vas ni loco de acá. Seguimos a morir”, le dijo su entrenador Sebastián Gutiérrez, dándole ánimo. “A morir”, le respondió Francisco y sonrió.

A continuación confirmó el quiebre que había conseguido antes del parate y poco después marcó el 6-4, se quedó con el set y llevó la definición al tercero.

En el parcial, decisivo, con nubes negras amenazando desde el cielo, Opelka, 73° del mundo, se adelantó 3-1 con un quiebre, pero Comesaña reaccionó, recuperó el break en el séptimo game y luego igualó el marcador 4-4. Y cuando sacaba 4-5 y 40-40, tras levantar un match point de su rival, comenzó a llover y el juego se frenó.

Al principio parecía que solo serían unos minutos, pero el agua empezó a caer con más fuerza, los jugadores se fueron al vestuario y el estadio se vació. Y hubo que esperar 42 minutos para que volviera la acción.

En la reanudación, Comesaña volvió a caminar por la cornisa, porque con dos doble faltas le regaló dos nuevos puntos de partido al estadounidense. Pero alentado por su equipo, se hizo fuerte en esos momentos complicados, salvó los dos con seguridad y luego dejó el marcador 5-5.

A esa altura del partido y otra vez con el sol a pleno, Opelka casi ni se movía en la cancha y parecía estar agotando su energía. El marplatense aprovechó y tuvo tres break points en el último game. El norteamericano logró levantar el primer con un ace y el segundo con un saque ganador, pero no pudo hacer nada en el tercero y Francisco celebró con un “¡¡¡Vamos!!!” ese quiebre -el cuarto del partido para él- que casi sentenció el encuentro.

Porque tras ceder el servicio, el estadounidense -que terminó con 27 aces, pero también 57 errores no forzados y 10 doble faltas- casi se desplomó. “Me siento mal, estoy mareado”, le dijo al umpire y pidió la atención del médico.

Opelka ya no tenía resto y el argentino, más fresco, logró sellar la victoria en su segunda oportunidad, luego de tres horas y tres minutos de juego.

Comesaña es el único argentino que sigue en carrera en el certamen, la última parada importante previa al US Open. Ante Opelka, rompió por primera vez la barrera de la tercera ronda en un Masters 1000 y se garantizó escalar hasta el 55° escalón del ranking, que será su mejor ubicación histórica.

Y en uno de los mejores momentos de su carrera, ahora irá por más ante el ruso Andrey Rublev, noveno favorito, que venció por 6-7 (5-7), 7-6 (7-5) y 7-5 al australiano Alexei Popyrin.