Es sabido que a Marcelo Gallardo no lo termina de convencer Miguel Borja. No obstante, ante la lesión de Maximiliano Salas y la demora en la recuperación de Sebastián Driussi, el DT eligió no hacer experimentos extraños y le dio la oportunidad al colombiano de ser titular en este duelo contra San Martín de Tucumán que completó los 16avos de final de la Copa Argentina en el Madre de Ciudades de Santiago del Estero. No lo pudo capitalizar.
Es que el grandote nacido hace 32 años en Tierralta dejó pasar el tren y se vuelve a Buenos Aires con la garganta intacta. No sólo lució desconectado en el circuito de juego del Millonario, sino que dilapidó las cuatro situaciones de gol que tuvo en la noche. “Está atravesando una mala racha, pero me gustó cómo se movió”, trató de motivarlo Gallardo en la rueda de prensa. No es ingenuo el Muñeco: sabe que lo necesita, al menos, hasta que vuelvan el correntino y el ex MLS.
La primera la tuvo en el primer tiempo, cuando remató a las nubes en el intento de fusilar a Darío Sand. Y las otras tres fueron en el complemento y en todas perdió en el mano a mano con el arquero correntino formado en las divisiones inferiores de River, que se quedó con un zurdazo que buscaba el palo derecho, luego con un derechazo tras una buena cesión de Juanfer Quintero y más tarde, en la última, lo atoró y lo tapó con el cuerpo cuando se demoró en la definición.
Se le va agotando el crédito a Borja, a quien se le vence el contrato a fin de año. Y no sólo porque no le termina de cerrar a Gallardo. No son buenos sus números en 2025: jugó 32 partidos y anotó apenas siete goles. Lo raro es que no festejó en las 11 veces que fue titular.
Es más, los últimos tres goles que señaló fueron para decorar victorias: el cuarto en el 4-1 ante Vélez, el quinto en el 6-2 frente a Independiente del Valle y el tercero en el 3-1 con Platense.