El empate ante Auckland City que para Boca tuvo sabor a derrota, el equipo neozelandés lo sintió como una de sus mayores victorias.
Ya eliminado del Mundial de Clubes en la previa a este encuentro, jugó arrinconado contra su arquero, Nathan Garrow, la figura de la cancha, y sufrió durante gran parte del partido disputado en el Geodis Park de Nashville, pero al final consiguió un valioso empate: ganó un punto, 900 mil dólares y una alegría significativa frente a uno de los clubes más importantes del mundo. Y los medios locales reflejaron la noticia.
“Tras recibir 16 goles y no marcar ninguno en sus dos primeros partidos, nadie, realmente nadie creía que esto fuera posible”, publicó Radio New Zealand, una emisora pública que tiene presencia digital fuerte con noticias escritas. Llena de épica el resultado que obtuvieron los dirigidos por el español Albert Riera Vidal.
“Una exhibición defensiva excepcional del Auckland City, que ha hecho mucho para acallar a muchos de los detractores y escépticos. Están eliminados, pero pueden volver a Aotearoa con la cabeza bien alta tras ese resultado”, agrega después.
“Christian Gray, quien trabaja como profesor en la Escuela Intermedia Mt. Roskill, anotó en el minuto 52. El jugador de 28 años se elevó para conectar con un tiro de esquina perfecto de Jerson Lagos, cabeceando a la red y sorprendiendo a los 35 veces campeones argentinos en el Geodis Park de Nashville, Tennessee”, añade en la crónica del encuentro.
El medio Stuff, por su parte, definió al empate entre Auckland City y Boca como “memorable” para el cuadro neocelandés.
“Tras comenzar su participación en el torneo con una derrota 10-0, esta se sentirá como una victoria para los Navy Blues contra, posiblemente, el club más famoso de Sudamérica, y pasará a la historia como un día memorable en el fútbol neozelandés para el Auckland City”, añade.
El New Zealand Herald, por su parte, habló de “un empate valioso contra el gigante argentino Boca Juniors”. Esa es la conclusión general. El Xeneize, en tanto, no se lleva de Nashville más que una profunda decepción.