Con fuertes críticas al Gobierno nacional, este sábado se está realizando por el centro porteño la 33° Marcha del Orgullo LGBTIQ+. Como ocurre habitualmente, las consignas apuntan a celebrar la diversidad y exigir la no discriminación, pero este año se sumaron otras vinculadas directamente con medidas que tomó la administración de Javier Milei.
Así, la exigencia de la “reapertura inmediata” del INADI y “la restitución de los mecanismos de protección contra la discriminación, la xenofobia y el racismo”, se sumaron a las consignas centrales de “El orgullo no se vende, se visibiliza y se defiende”, “Basta de hambre y persecución” y “Por un acuerdo democrático contra los discursos de odio”.
La jornada comenzó a las 10 con stands y una feria de emprendedores en Plaza de Mayo, donde desde las 12 se sumaron shows artísticos en el escenario. A las 16 comenzó, a pie y en carrozas decoradas, la marcha hacia la Plaza del Congreso, donde a las 20 se dará lectura a un documento consensuado por todas las organizaciones participantes.
Este año, Lali Espósito —que en 2022 fue una de las protagonistas con el estreno allí de su canción “Motiveishon”— se convirtió en un símbolo de la marcha. Y los carteles en contra del presidente Javier Milei se ven en cada esquina, muchos con mensajes directos de rechazo.
Como el que llevaba Germán Dsantos, que vibraba al ritmo de “Fanático” de Lali, la canción que resonaba desde uno de los altoparlantes del escenario principal y que parecía mover a toda la multitud. Con sus 52 años, bailaba y ondeaba un abanico como si el escenario fuera suyo, mientras respondía preguntas y miraba a su alrededor, entre la marea de colores y carteles.
“Es muy importante esta marcha, sobre todo porque es la primera que no cuenta con el apoyo del gobierno. Estamos acá para demostrar unidad y para decir que vamos a defender cada derecho que ganamos”, decía Germán con determinación, casi gritándolo, como si cada palabra fuera una consigna.
Mostrando su cartel, en el que se leía “Los discursos de odio matan”, Germán explicaba que este año, más que nunca, marchaba con un sentido de urgencia. “La comunidad LGBT ha sufrido golpes duros, crímenes que no son casualidad, sino resultado de un discurso que llama a la ‘libertad’, pero que realmente no entiende de respeto. Es un desafío educar y enseñar, especialmente a quienes se han dejado llevar por discursos de odio, lo que realmente significan los derechos y la libertad”, afirmó.
Más adelante, un grupo de jóvenes cantaba y bailaba al ritmo de Miley Cyrus. Algunos estaban vestidos con faldas de lentejuelas, otros con trajes coloridos y pelucas fluorescentes. Lucas, de 24 años, llevaba un cartel en el pecho que decía “Existimos sin permiso”.

Con una sonrisa llena de confianza, compartía lo que significa para él esta marcha: “Es cierto que este año no tuvimos el apoyo de antes, pero eso solo significa que dependemos de nosotros mismos. Nos estamos organizando como comunidad, como familia. Esta marcha es nuestra forma de decir que estamos acá, que somos muchos y que no vamos a dejar que nadie borre nuestros derechos”.
En un rincón, un grupo de drag queens se reunía para una improvisada sesión de fotos. Flavia, una de ellas, en un vestido rosa fluorescente y con alas gigantes de mariposa, miraba la escena con una mezcla de orgullo y emoción. “Vengo de Salta –contaba mientras posaba para las cámaras–. Ahí no es tan fácil, cada año me esfuerzo por venir acá, porque me siento en casa, siento que pertenezco. Y hoy, más que nunca, siento que tenemos que seguir brillando. Aunque no tengamos el mismo apoyo nos tenemos entre nosotros”.
El reclamo de los organizadores
Esta es la primera marcha del orgullo que se hace en la gestión Milei. Desde la organización, explicaron que históricamente el montaje del escenario en el Congreso –donde termina la marcha– lo pagaba el Gobierno nacional y el porteño se hacía cargo del que está en Plaza de Mayo. Este año, Ciudad armó el escenario desde donde partió la convocatoria, pero Nación no pagó el de Congreso y lo terminó haciendo la Provincia de Buenos Aires.
Ricardo Vallarino, presidente de 100% Diversidad y Derechos, expresó que “la contundencia de la marcha demuestra que nuestra comunidad no se deja amedrentar por la discriminación y la violencia, ahora reproducida desde lo más alto del poder político”.

Marcelo Suntheim, vicepresidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), coincidió: “Queremos recuperar una lucha por todos nuestros derechos contra la propuesta de retroceso que está imponiendo el Gobierno nacional en el plano ideológico con declaraciones agraviantes que vuelven a plantear cuestiones ya saldadas como la visión biologicista de nuestros géneros. También están persiguiendo un retroceso legislativo, como por ejemplo el cierre del INADI”.
Al cierre, se hará la lectura de un documento firmado por más de 35 organizaciones LGBTINB+ que también suscribieron Sindicatos y organizaciones políticas, del que se esperaba un fuerte contenido político.