Diputados rechazó cuatro decretos presidenciales, apresuró el tratamiento para rechazar tres vetos del Presidente, aprobó la emergencia en discapacidad, la emergencia en pediatría y el aumento del presupuesto universitario, encomendó la formación de la comisión investigadora de la estafa cripto con $Libra, y apresuró a las comisiones que deben dictaminar los ATN y el impuesto a las naftas. El gobierno se desinfló en un día, incapaz de negociar, desubicado y lo que es peor: sin reflejos. Y Javier Milei anunció en cadena nacional que estas medidas van contra un crecimiento de la economía, cuando la economía cayó en picada. Se opondrá a todo lo que votaron los representantes del pueblo.
Al mismo tiempo el peronismo consolidó su proceso de unidad, el PRO fue fagocitado por los libertarios en CABA y provincia de Buenos Aires, los radicales aparecen fragmentados en varias líneas pero una alianza de gobernadores surgió en un espacio donde es posible que se produzca un retroceso del gobierno.
La derrota del oficialismo puede ser sólo un traspié o la bisagra hacia una nueva reformulación de la derecha a través de los gobernadores Martín Llaryora, de Córdoba; Ignacio Torres, de Chubut; Maximiliano Pullaro, de Santa Fe; Carlos Sadir, de Jujuy; Claudio Vidal, de Santa Cruz; y Gustavo Valdés, de Corrientes.
Son tres radicales, un ex PRO, un ex aliado del oficialismo y un peronista cordobesista. El cordobesismo ha sido la expresión histórica de la Fundación Mediterránea, –la de Domingo Cavallo–, en esa provincia. El exgobernador Juan Schiaretti se configura como referente nacional con expectativa de ser el candidato 2027 de esa alianza. Ignacio Torres tomó distancia de un PRO en proceso de implosión y trata de organizar su armado provincial en Chubut.
Los radicales cordobeses aspiran a una alianza con los libertarios, como hizo Alfredo Cornejo en Mendoza. Provincias Unidas dio cobijo a los radicales referenciados en Facundo Manes y Martín Lousteau. Los demás buscan cerrar con Karina Milei. El entrerriano Rogelio Frigerio, del PRO, se hubiera sumado a Provincias Unidas, pero prefirió una alianza con los libertarios ante el temor de un triunfo del peronismo en esa provincia.
El peronismo superó su interna y se presenta unido, con algunos altibajos, como en Santa Fe con el sector del exgobernador Omar Perotti. Lo mismo la izquierda con el FIT, aunque en algunas provincias se presenta el Partido Obrero por separado.
En el centro del huracán que provocó la desaparición de Juntos por el Cambio, la absorción del PRO por la Libertad Avanza y los tropezones del gobierno, Mauricio Macri se mantuvo estático. No peleó mejores condiciones con el oficialismo en la provincia de Buenos Aires y en CABA, que fue el centro de poder del PRO. El maltrato de la Libertad Avanza con el PRO ha sido el mismo que tuvo el PRO con los radicales en Juntos por el Cambio. Macri soportó en silencio esas humillaciones. Los que lo conocen desconfían de esa quietud. Sin timón, el PRO no sobrevivirá.
Macri tiene el poder mediático y judicial. Es su capital político porque en las encuestas tiene imagen negativa muy alta. Si deja morir al PRO para diseñar otro armado no pierde nada y se abre un camino nuevo en la perspectiva de un desmoronamiento libertario. El anuncio de conversaciones entre el expresidente y la actual vicepresidenta, Victoria Villarruel, se produjo cuando el PRO todavía estaba negociando las listas en CABA y provincia de Buenos Aires. Funcionó como una advertencia y motivó inmediatamente una desmentida tajante.
La derrota legislativa del miércoles impactó en el gobierno y en sus principales negociadores. La aprobación de la emergencia pediátrica consiguió los dos tercios de los votos y el aumento del presupuesto universitario, un voto menos que los dos tercios. Si veta estos dos proyectos de ley que obtuvieron media sanción, es muy probable que no consiga el tercio para sostenerlo. Todas las votaciones de la oposición estuvieron cerca de los dos tercios.
Lo más que consiguieron con las históricas presiones a los gobernadores fue que la oposición consiguiera un quórum casi en el límite. Pero en la sesión, los votos en contra del gobierno volaron de todos lados.
Sólo con el respaldo del PRO pero sin la complicidad de muchos de los gobernadores, el oficialismo no hubiera podido aprobar ninguna ley desde que asumió. El miércoles negro para el gobierno lo demostró.
Supervisados directamente por Karina Milei, el armado territorial de la Libertad Avanza y la negociación con las otras fuerzas legislativas recayó en Lule y su primo Martín Menem, que delegaron en Sebastián Pareja, un tránsfuga del peronismo, la organización en la provincia de Buenos Aires.
El jefe de Gabinete Guillermo Francos quedó como un negociador sin respaldo. Santiago Caputo era otro interlocutor, pero quedó afuera con sus fuerzas del cielo. Y la responsabilidad por el miércoles negro recaerá sobre Martín Menem. El gobierno pierde espadas y no es un semillero, más bien todo lo contrario.
El horizonte que plantean estas elecciones de medio término tampoco aclaran el panorama brumoso que tiene el gobierno. A lo sumo ganará los legisladores que pierda el PRO. Tendría que arrasar en las urnas para que haya un cambio cuantitativo considerable.
El optimismo con el que los libertarios hablaban de estas elecciones de medio término ya no es tanto. Doblaron el brazo del PRO, pero perdieron por otro lado. Es difícil que en la provincia alcancen el 50 por ciento que tuvieron en la segunda vuelta. La esperanza ya no recide en aumentar el caudal de votos, sino en aumentar el ausentismo.
El inicio de la campaña fue el jueves con un Milei en puntas de pie para parecer alto, sin darse cuenta que se le veían las piernas porque el cartel no pasaba de la rodilla. El acto tuvo poco entusiasmo. El Presidente llegó a Villa Celina, donde la mayoría de los vecinos son bolivianos, en una caravana de camionetas negras con vidrios blindados, al estilo del FBI norteamericano. Estuvo diez minutos y se fue.
Pero el corolario de ese circo fue el cartel miserable que sostuvieron los candidatos. Todas sus propuestas se reducen al antikirchnerismo. En el cartel estaba la burla a los derechos humanos arrasados en la dictadura. Los representantes de este gobierno que respalda a los genocidas usaron el logo del Nunca Más que denuncia las aberraciones cometidas por la dictadura.
El discurso por cadena de ayer fue otro despropósito. Con una escenografía infantil, con un león sobre su cabeza y cuatro burócratas de escolta, duros como estatuas, hizo un trabalenguas con A y B para explicar la inflación y mintió en todas las estadísticas que ofreció. Dijo que sacó a doce millones de argentinos de la pobreza y a siete millones de la indigencia. No hace falta decir que es mentira porque cualquiera puede dar testimonio con su propia experiencia.
Y engañó al decir que no emite. Hay mucha plata en el aire como señaló el último informe del Banco Central que denunció que la base monetaria se duplicó. De lo contrario, que explique con qué se pagan las altísimas tasas de interés, la deuda flotante y la especulación con dólar a futuro. Todo ese desastre después de un tremendo sacrificio impuesto a la sociedad.