los motivos del primer paso atrás de Riquelme en plena crisis

los motivos del primer paso atrás de Riquelme en plena crisis

La noticia sacudió el mediodía del miércoles, pero no fue una sorpresa. Del mismo modo que un mandatario hace movimientos en su gabinete cuando los cuestionamientos empiezan a esmerilar su apellido, Juan Román Riquelme decidió despedir a Mauricio Serna y Raúl Cascini. Sus ex compañeros en la época dorada, cuando el presidente era un eximio 10, fueron las primeras cabezas que rodaron en el medio de la crisis del fútbol xeneize. Un movimiento que obedece a los reproches de los hinchas, pero no modifica la raíz del problema de Boca.

A su lado continuarán su hermano Cristian, alias Chanchi, y Marcelo Delgado, amigo íntimo. De este modo, quedará disuelto el Consejo de Fútbol, que se estableció en diciembre de 2019, cuando Jorge Amor Ameal ganó las elecciones y Riquelme asumió como vicepresidente. Ahora, se buscará incorporar un mánager. Según deslizaron los satélites del máximo dirigente, el Chelo será el encargado de elegir el nombre. No obstante, quedará opacado por Román. Y hay una pregunta que todos se hacen a orillas del Riachuelo: ¿tendrá autonomía o apenas será una figura decorativa? Si hay que guiarse por los antecedentes, asoma difícil.

Suenan varios peso pesados para sumarse al equipo de trabajo: Carlos Fernando Navarro Montoya, Alberto Márcico y José Pekerman son tres que hicieron mucho ruido la semana pasada. Paradojas del destino, club circular como la propia Argentina, el Mono y el Beto fueron protagonistas del primer gran conflicto del vestuario xeneize, el de los famosos Halcones y Palomas. Ahora, uno de ellos dos podría sumarse a la estructura del fútbol.

En el caso del ex arquero, que hasta ahora solo escuchó rumores pero no recibió ningún llamado, sería un regreso. Cuando Ameal sucedió a Daniel Angelici, el Mono se hizo cargo de la coordinación de las Divisiones Inferiores en reemplazo de Oscar Regenhardt. En plena pandemia, decidió renunciar. Fue en septiembre de 2020, cuando viajó a España para reencontrarse con su familia. Siempre dejó la puerta abierta. Habló de “un paréntesis”.

Clarín lo adelantó hace una semana. Riquelme buscaba un impacto porque la efervescencia que produjo la llegada de Miguel Ángel Russo se disolvió en la peor racha histórica sin triunfos. Y también se apagó todo el brillo del retorno de Leandro Paredes, que a pesar de las grajeas de calidad que mostró en apenas tres partidos quedó salpicado por las derrotas. Y especialmente, por la eliminación de la Copa Argentina ante Atlético Tucumán en los 16avos de final.

La maqueta con una potencial reforma del estadio, viralizada el último fin de semana, tampoco entusiasmó a la gente. La bronca por los resultados fluía a borbotones en las redes sociales y la idea de Román, que buscó suprimir el filtro de asistencia para refrescar al público habitual (y en su mayoría crítico) de la Bombonera, tuvo tan mala recepción que debió dar marcha atrás. El temor a una judicialización de parte de aquellos que cumplieron con el 70% de presencias en el último año fue determinante. Con una capacidad para 55 mil espectadores y más de 323 mil afiliados (casi 200 mil adherentes), la cancha queda chica.

El mánager se anunciaría la semana próxima por una exclusiva razón. Se trataría de un elemento de contingencia en el caso de una derrota ante Racing. Con un clima espeso y un estadio que será un Cabildo Abierto, otro mal resultado puede agrandar la herida. Ni siquiera está garantizada la permanencia de Russo, más allá de que el técnico dijo que no piensa en “negativo” y que Riquelme mandó a decir que no está pensando en echarlo.

Serna y Cascini terminaron desgastados. El colombiano era el vocero ante la prensa, aunque la semana pasada dio una entrevista que no estaba aprobada por Riquelme. Fue la gota que rebalsó el vaso de la paciencia del presidente. El Mosquito tuvo que poner la cara en las negociaciones. Sin ir más lejos, fue quien despidió a Sebastián Battaglia en una estación de servicio. Además, fue quien enfrentó las quejas de Marcos Rojo, Marcelo Saracchi y Cristian Lema, borrados por Román. El Chelo también participó de la reunión, pero es un intocable.

Por ahora, los dos ex integrantes del Consejo de Fútbol se fueron en silencio. En Boca, anunciaron a través de un comunicado oficial que “Mauricio Serna y Raúl Cascini dejan sus cargos en el Consejo de Fútbol y ya no forman parte de la institución”. La realidad es que Román tomó la decisión, les ofreció otro lugar en la estructura del club y ambos no estuvieron de acuerdo.

“Durante su gestión, el Club alcanzó importantes logros deportivos e institucionales, período en el cual obtuvo seis títulos oficiales, además de ser el último club argentino en disputar la final de la Copa Libertadores”, agrega el comunicado. ¿Creerá Román que zafará del repudio popular con esta medida? Ya hubo una marcha en su contra. Minúscula, es verdad, pero hasta ahora los reproches no habían pasado de insultos aislados en el estadio.

“Había que dar un volantazo; no quedaba otra”, le dijeron a Clarín cerca del presidente ídolo. La Ferrari azul y oro está abollada desde que Román es su piloto. Que no siga chocando dependerá de una pericia que hasta ahora no mostró en la butaca presidencial.