Como en los cines antiguos con sesión doble, Liverpool y Athletic jugaron en Anfield dos partidos amistosos, sesión continua, de 90 minutos cada uno. En fechas en las que el Real Madrid solo podrá jugar un amistoso de pretemporada por el retraso de su preparación a causa del Mundial de clubes, hay otros como bilbaínos e ingleses que se permiten dos el mismo día.
El festival comenzó a las 18.00 horas (hora peninsular española) y finalizó casi a las 23.00 con más de cincuenta actores en el césped, porque tanto Arne Slot como Ernesto Valverde aprovecharon para hacer dos equipos completamente distintos por el mismo precio, aunque el técnico vasco, al final del segundo choque, sacó al campo a algunos de los que jugaron varios minutos en el primer partido. Salieron distintos, como las catas de melón. Aunque el equipo inglés dominó y tuvo más ocasiones en ambos, el de los teloneros, que fue el primero, se saldó con una derrota sin paliativos del Athletic (4-1), mientras que en el segundo se pueden poner más reparos al resultado (3-2).
Se podría decir que, por su ausencia, el VAR perjudicó al equipo bilbaíno, porque el primer gol inglés llegó con un pase desde la banda de un futbolista en fuera de juego y el segundo lo anotó Gapko, que también estaba en posición incorrecta. El juez de línea tampoco levantó el banderín en la acción en la que Vivian cometió penalti, casi al final, aunque Salah lo envió alto. Al final ganaron los ingleses en esa segunda cita, con doblete de Gapko, el segundo con la colaboración de Unai Simón. Salah había abierto el marcador, pero empató Sancet, que siempre aparece donde no se le espera, y que después se tuvo que retirar cuando un rival le cayó encima sobre una rodilla en una disputa.
