Boca Juniors atraviesa la peor crisis deportiva desde que Juan Román Riquelme se puso al frente del fútbol profesional del club, en 2019. En ese período, el club es el que más títulos ganó en el fútbol argentino (6), pero también el que mira desde afuera la Copa Libertadores desde hace dos ediciones. Y en este presente en el que alcanzó su peor racha histórica sin triunfos con 11 partidos, parece haber llegado el momento de tomar decisiones fuertes. Pero por ahora no hay ningún anuncio oficial.
Las derrotas con Atlético Tucumán y Huracán terminaron de detonar la bomba dentro del plantel y desnudaron la cruda interna entre los jugadores que se trasladó al campo de juego. Miguel Ángel Russo ya borró a Marcos Rojo, Cristian Lema y Marcelo Saracchi, pero por ahora el equipo no reacciona. Y eso puso al presidente en una posición incómoda: ante los reproches de los hinchas y el hostigamiento mediático, decidió meter mano en su mesa chica: el Consejo de Fútbol. Pero no es tan fácil.
El martes, desde BocaPredio, dejaron saber que Riquelme iba a disolver el Consejo de Fútbol que encabeza y que tiene a Marcelo Delgado, Raúl Cascini y Mauricio Serna como miembros, y a su hermano Cristian Chanchi Riquelme como principal asesor y mano derecha. Menos el presidente, son todos empleados del club. En paralelo, también filtraron que se contratará a un mánager para que sea el interlocutor entre el plantel y el presidente. Pero hasta ahora, todo sigue igual.
El Consejo de Fútbol sigue en funciones, como siempre, y nada cambió. Claro, para Riquelme no es fácil porque además de mantener un vínculo profesional, se trata de sus más cercanos: ¿cómo despedir a sus propios amigos? Encima tienen funciones clave en el club en la negociación de los contratos y como “intermediarios” en los fichajes que se realizaron. Firman documentos y también tienen un sueldo.
Una alternativa para Riquelme es buscarles una nueva función dentro del club. Por eso, en un primer momento se habló que Delgado seguiría cerca de Román y Cascini y Serna pasarían a ocuparse de otras áreas en las divisiones juveniles. Con el nuevo diagrama, el futuro mánager se haría cargo de las responsabilidades que tenía el Consejo. ¿Habrá marcha atrás en la decisión de Riquelme? ¿Lo filtraron para descomprimir, pero seguirá todo más o menos igual? ¿Llegará finalmente un mánager?
Revertir la decisión y seguir como está no sorprendería a nadie. Total, no hubo anuncio oficial del club y después será fácil echarle la culpa a la especulación de la prensa que “inventa” por la necesidad de “llenar el aire”. Entonces tal vez no se trata de “disolver” el Consejo, sino únicamente de “esconderlo”. En tanto, Carlos Navarro Montoya y José Pekerman sonaron para ocupar el puesto que se abriría para coordinar el fútbol profesional, ambos desmintieron un contacto.
En definitiva, en Boca lo que creen primordial es calmar al vestuario y en ese sentido Russo ya se ocupó de apartar del plantel a Marcos Rojo. (¿Y si es Miguel el mánager y buscan un nuevo DT?) La relación entre el capitán y el Consejo se quebró cuando negociaban los premios para el Mundial de Clubes. En un asado del que participaban muchos de los jugadores del plantel -habría sido en el cumpleaños de Darío Benedetto, el 17 de mayo- Rojo habría sido enfático para informarles a sus compañeros que la oferta no era la esperada y “alguien” le llevó el chisme a Riquelme.
La idea es rescindir el contrato de Rojo, que ya habría recibido llamados de Independiente, Racing y Estudiantes, pero en Boca no quiere reforzar el mercado local, por eso todo se dilata mientras buscan ofertas del exterior. En síntesis la apuesta ahora parece ser “limpiar el vestuario” ponerle un pleno al equipo y a Russo para ganarle a Racing (el sábado 9, en la Bombonera) y aplacar un poco la crisis con una victoria.