Alejandra “Locomotora” Oliveras mostró nuevos avances en su salud, en el 13° día de internación tras sufrir un accidente cerebrovascular isquémico. El parte médico del sábado indicó que la exboxeadora ya abre los ojos. Este domingo hubo más novedades esperanzadoras.
Locomotora, de 47 años, se mantiene estable en la sala de terapia intensiva del Hospital José María Cullen, de Santa Fe, en la que se encuentra desde el pasado 13 de julio. Este domingo, los médicos detallaron que la exboxeadora pasa más tiempo respirando por sus propios medios, sin asistencia mecánica.
“Debido a esta estabilidad, se continúa con el proceso de desvinculación de la asistencia respiratoria mecánica, con períodos más prolongados de respiración espontánea”, indica el parte médico.
El comunicado anterior había significado una gran noticia. Es que indicaba que, además de que ya mostró “respuesta motora y apertura ocular”, el proceso de retiro paulatino del respirador mecánico ya estaba en marcha.
Locomotora “continúa bajo seguimiento permanente por parte del equipo de la Unidad de Terapia Intensiva”, agrega el parte de este domingo. Y añade: “Su pronóstico continúa siendo reservado”.
El parte dominical repitió que, en la parte neurológica, hubo “períodos de respuesta motora y apertura ocular, tanto espontánea como a la orden”.
Alejandra “Locomotora” Oliveras, de 47 años, sufrió un ACV el lunes 14 de julio, horas antes de asumir como concejal constituyente de Santa Fe. Fue uno de sus hijos quien la encontró en un estado de confusión. Tras una primera atención en un centro de salud de menor complejidad, la exboxeadora fue trasladada al Hospital “Dr. José María Cullen”, donde ingresó a la guardia a las 9:20 de la mañana.
En ese momento, los profesionales constataron un síndrome confusional acompañado de pérdida de movilidad en el lado izquierdo del cuerpo. Los estudios posteriores, entre ellos tomografías y resonancias, confirmaron que Oliveras había sufrido un accidente cerebrovascular isquémico del hemisferio izquierdo.
Días más tarde, su estado clínico se agravó. Una tomografía de control realizada el miércoles siguiente evidenció un aumento en la presión intracraneal, producto de un edema que ponía en riesgo sus funciones vitales. Frente a este escenario crítico, el equipo médico decidió intervenirla quirúrgicamente mediante una craniectomía descompresiva, un procedimiento destinado a aliviar la presión en el cerebro y evitar secuelas mayores.