El calendario electoral avanza y el peronismo está en compás de espera | A dos semanas del cierre de alianzas, debe resolver el armado bonaerense

El calendario electoral avanza y el peronismo está en compás de espera | A dos semanas del cierre de alianzas, debe resolver el armado bonaerense

El reloj corre más rápido que la política. A quince días del cierre para la inscripción de frentes electorales, el peronismo aún no logra ordenar el tablero tras el sacudón que implicó la detención de Cristina Fernández de Kirchner. La maquinaria electoral sigue en pausa, entre gestos que no se concretan y convocatorias que no se materializan. El fin de semana, Sergio Massa intentó acelerar los tiempos. El líder del Frente Renovador fijó el martes como fecha para una reunión de apoderados en el PJ nacional. Pero el encuentro no ocurrió. Unas horas antes, Axel Kicillof buscó marcar la cancha y dijo que él mismo iba a convocar una mesa para definir candidaturas. El peronismo debe avanzar en la discusión formal y jurídica para competir el 7 de septiembre, pero también en la discusión política de fondo: cómo se definirán las candidaturas. “Generosidad” y “evitar que las listas se judicialicen” los dos mandatos del excandidato presidencial del Frente de Todos.

“No se discutió nada aún”, dice un armador del Movimiento Derecho al Futuro a Página/12. “Todo este asunto es demasiado sensible y requiere de la máxima reserva”, agrega, y explica así el motivo del hermetismo. El anuncio de una mesa convocada desde La Plata buscó retrotraer la discusión al punto en que Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner habían arribado días antes de su proscripción. Por entonces, habían acordado conformar una mesa de trabajo integrada por cuatro intendentes de cada campamento para comenzar a delinear la estrategia. Sin embargo, el fin de semana, desde el Frente Renovador salieron a pisar el acelerador. “Hay que armar desde los apoderados y la junta electoral hasta los mecanismos de ordenamiento para dirimir conflictos”, explicaron. La urgencia se apalanca en un dato que le entregaron a Massa: la idea del peronismo abroquelado alienta a los electores a participar y mejora las perspectivas previas al efecto “Cristina presa”.

Compás de espera. El comienzo de la semana no arrojó novedades. No hubo reunión de apoderados en la sede histórica del PJ, como había deslizado el entorno del tigrense el fin de semana, ni avanzó la convocatoria de Kicillof. Este diario supo que hubo un intento de reunir a las principales tribus del peronismo en el Banco Provincia, pero el encuentro no prosperó. El nuevo deadline (fecha límite) sería el comienzo de la próxima semana. Antes, se buscará sellar un encuentro entre referentes e intendentes que respondan a Massa, Kicillof y Máximo Kirchner, que irá en representación propia y de La Cámpora.

“La unidad se construye con generosidad”

Ajeno a las tensiones entre el Movimiento Derecho al Futuro —la corriente política de Axel Kicillof— y La Cámpora, Sergio Massa insiste en que la unidad será el principal antídoto contra la desafección política. Según las últimas encuestas que maneja el entorno del excandidato presidencial, la figura de Cristina Fernández de Kirchner volvió a ocupar el centro de la escena, y eso constituye una oportunidad. Una primera medición posterior a la confirmación de la condena reflejó una mejora en el posicionamiento general del peronismo respecto de semanas anteriores. Hasta entonces, los números proyectaban un escenario adverso: sólo la Tercera Sección aparecía con chances claras de victoria, la Primera como un distrito disputado, y las otras seis secciones mostraban una tendencia desfavorable. “Los números se revirtieron un poco, pero no volvieron a la situación anterior”, advirtió un armador de la provincia de Buenos Aires. 

Por eso, el tigrense les reclamó “generosidad” a los dirigentes del Frente Renovador como condición para construir la unidad. “No hay margen para mezquinos”, planteó en un zoom ante 235 concejales de toda la provincia, diputados e intendentes. En concreto, Massa exigió establecer mecanismos reales de incorporación de todos los sectores. Les habló directamente a los intendentes del FR y les pidió que piensen cómo sumar al kirchnerismo y al Movimiento Derecho al Futuro en las listas, para dar el ejemplo y evitar que las listas locales terminen judicializadas. Para el ex candidato presidencial del Frente de Todos, cuidar la unidad es la única forma de sostener competitividad de cara a septiembre y octubre.

La lapicera y el rompecabezas

“Alguien tiene que mirar los papeles, revisar los balances, pero ahí no hay una discusión política, no se resuelve así”, explica un conocedor de cierres electorales. “El verdadero problema es cómo definir las candidaturas a nivel local, es decir, donde vas a tener varias listas”, continúa. Un primer punto en común entre el kirchnerismo y el massismo es la idea de avanzar con las definiciones de ambas elecciones en conjunto —la provincial y la nacional—, lo que daría un mayor margen de negociación.

Massa aseguró que no ve con malos ojos que Kicillof quiera liderar la campaña y marcar la agenda de septiembre y octubre, porque es el gobernador. Incluso propuso esperar que desde La Plata se definieran los candidatos a primer diputado nacional y a encabezar las secciones más importantes para ordenar la discusión. Sin embargo, deslizó con algo de malicia que no imaginaba “quiénes tenían el tamaño político necesario para liderar una elección doblemente nacionalizada”.

Para el kirchnerismo, la disputa más relevante es la nacional: asegurar la posibilidad de ponerle límites a Milei en el Congreso después de octubre, cuando el gobierno busque avanzar con las políticas exigidas por el FMI, que representarían un serio retroceso en materia de derechos, como la reforma laboral y la previsional. El axelismo, en cambio, pone el foco en las elecciones provinciales del 7 de septiembre, que —según creen— funcionarán como un plebiscito sobre la gestión y dotarán al gobernador y a sus intendentes de mayor legitimidad para los dos años que restan de mandato. Por su parte, Sergio Massa apuesta a ser lo más competitivo posible en los llamados electorales de este año, pero sobre todo a avanzar en la construcción de un “gran frente anti-Milei” que le permita al peronismo volver al poder en 2027. Esta idea entusiasma a varios dirigentes que volvieron a acercarse a la calle Matheu, como Guillermo Moreno y Alejandro “Topo” Rodríguez. 

Con estos intereses en juego, las partes podrían avanzar en darle mayor injerencia a Axel Kicillof de cara al 7 de septiembre, mientras que la estrategia nacional quedaría en manos de Máximo Kirchner y Sergio Massa. Resta saber si el kicillofismo definirá las cabezas de lista en las secciones y si avalará que el hijo de la expresidenta represente a la Tercera. Según una encuesta reciente en la provincia de Buenos Aires, realizada por Pulso Research, el kirchnerismo sigue siendo competitivo en la Tercera Sección incluso sin la candidatura de CFK.  Sobre esa eventual candidatura, Axel Kicillof señaló en C5N: “No hay vetos. Nuestro espacio, y todos los espacios, plantean que las listas deben ser las más competitivas y sin imposiciones de ningún sector. Hay que sentarse a verlo”.

Peronismo 2.0

“El peronismo será militante digital y 2.0 o no será”, le dijo Massa a los dirigentes del FR en el último zoom. La consigna, lanzada en broma, refleja la importancia que el tigrense busca darle a la arena digital. “El territorio digital es el nuevo terreno de disputa política”, insistió, y pidió que todas las propuestas de campaña puedan ser explicadas con facilidad en redes. Los sellos Unión por la Patria y Frente de Todos quedarían en el olvido. Peronismo, sin eufemismos, es el nombre con el que trabaja un sector del PJ. El kirchnerismo buscará impulsar la imagen de la expresidenta en las listas bonaerenses para aprovechar su centralidad y traccionar. Algunos dirigentes cercanos a Cristina fantasean incluso con inscribir el frente bajo el nombre Cristina Libre.