La calamidad espabila al Madrid | Mundial de clubes 2025

La calamidad espabila al Madrid | Mundial de clubes 2025


El Real Madrid empezó el Mundial de Clubes y la era Xabi Alonso con un empate decepcionante y nada más comenzar la siguiente entrega se vio en una situación que amenazaba con hacerle perder pie. Asencio vio la roja y se les abrió un escenario inquietante de casi 90 minutos corriendo con un futbolista menos. Pero el Madrid salió de una situación que amenazaba con ser desesperada con un dominio extraordinario de la pelota y el tempo, quizá lo que más echó en falta en la primera entrega. A partir del toque de Güler, Bellingham, Ceballos y Modric, desactivó al Pachuca, que se despide del torneo después de desaprovechar medirse al Real en un partido con uno más. Su jerarquía con el pase fue apabullante. El Madrid mostró que le funcionan de manera fluida algunas cosas, aunque quizá no las que quería Xabi.

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Thibaut Courtois, Dean Huijsen, Trent Alexander-Arnold (Antonio Rüdiger, min. 77), Fran García, Raúl Asencio, Aurélien Tchouaméni, Jude Bellingham (Dani Ceballos, min. 59), Arda Güler (Luka Modric, min. 59), Federico Valverde, Vinícius Júnior (Víctor Muñoz, min. 86) y Gonzalo García (Brahim Díaz, min. 45)

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Carlos Moreno, Federico Pereira, Luis Rodríguez (Javier López, min. 59), Eduardo Bauermann, Bryan González, Alán Bautista (John Kennedy, min. 45), Alexéi Domínguez (Gustavo Cabral, min. 45), Elías Montiel, Kenedy (Carlos Sánchez, min. 59), Agustín Palavecino (Víctor Guzmán, min. 71) y Salomón Rondón

Goles
1-0 min. 34: Jude Bellingham. 2-0 min. 42: Arda Guler. 3-0 min. 69: Federico Valverde. 3-1 min. 79: Elías Montiel

Arbitro Ramon Abatti Abel

Tarjetas amarillas
Agustín Palavecino (min. 17)

Tarjetas rojas
Raúl Asencio (min. 6)

La distancia de la pizarra al campo es un poco ese abismo que se abre entre la nitidez de los planes y los borrones de la vida. En su carrera contra el tiempo, Xabi imagina movimientos, conexiones, espacios, pasillos, pero luego llega la vida y se lleva por delante el partido que necesitaba para ponerlo todo a prueba. Un balón a la espalda, una carrera mal medida por Asencio, un agarrón, y el Madrid de repente se vio con uno menos, con todo un mundo por delante bajo el calor de Charlotte, menos húmedo que el de Miami. El central canario, que contra Al Hilal cometió un penalti que su entrenador describió como “evitable”, vio una roja a la que se le puede colgar la misma etiqueta.

El Real trataba de ajustarse al territorio, medía las distancias entre sus efectivos, los espacios en los que se movía el rival y escogía el lugar donde levantaba la línea defensiva. Es un equipo todavía en una fase introspectiva lógica. Se mira a sí mismo antes que al partido. Es un grupo que ha podido ensayar poco el baile de fin de curso y ejecuta la coreografía un poco a destiempo. Más bien tarde.

Mientras los jugadores del Madrid se vigilan unos a otros, Pachuca, la vida, no espera por nadie. El equipo mexicano, con Jaime Lozano también estrenándose en el banquillo, se lanzó a por las dudas del Madrid. Xabi empujaba su línea defensiva al centro del campo y Pachuca apuntaba de manera insistente a su espalda. Huijsen y Asencio dudaban, y el canario acabó tirando a Rondón una de las veces que el venezolano se escapaba. Ahí se esfumó la pizarra que quería poner a prueba el técnico del Real.

Se habían jugado solo seis minutos y Tchouameni tuvo que volver a la defensa y se retrasó al pivote Valverde, que había comenzado como extremo derecho en lugar de Rodrygo, en el banquillo, la primera enmienda de Xabi respecto al primer partido. Por el brasileño, entró Arda en el once, con la misión de ordenar el juego.

Con uno menos, el turco y Bellingham se encargaron de amasar la pelota, ponerla lejos del alcance de Pachuca para que no pudiera castigarle la espalda. Los pases de Palavecino y los movimientos de Kenedy y Rondón suponían un sobresalto siempre al acecho. Pero el centro del campo, al que le costó domar el duelo con Al Hilal, gobernó una situación de mucho riesgo. Valverde, que hace muchas cosas cuando más se necesita, consiguió disimular la inferioridad con un despliegue formidable para barrer todo el medio.

Por delante, Gonzalo demostró el entendimiento del juego de quien acumula ya muchas batallas en la élite. Aparecía siempre en el lugar y en el instante necesarios para dar una salida en el paisaje apretado que deja jugar con uno menos. Ofreció el apoyo para abrir a la banda a Fran García en la jugada del gol de Bellingham. Y le dejó la pelota a Güler para el segundo con un pase luminoso en el área. Toque a toque, el Madrid desactivó al animoso Pachuca, sin quedarse solo en ese adormecer el partido. Volvió a acelerar, Brahim puso el balón en el área y Valverde se quitó algo del peso del penalti fallado contra Al Hilal marcando con la puntera.

Los mexicanos encontrando sus momentos, pero se toparon con que los dedos de Courtois alcanzaban más que nunca. Solo le superaron cuando un tiro de Montiel tocó en la pierna de Tchouameni y le despistó. Ya era tarde. El Madrid tenía atrapado el partido y encontró incluso ocasión para que Rüdiger regresara tras su operación de rodilla. El Real se enderezó con el pase cuando se vio contra las cuerdas.