Cuando Alejandra llegó a la Orquesta Escuela de Bahía Blanca habían pasado casi cuatro días desde las inundaciones y en Ingeniero White apenas comenzaba a bajar el nivel del agua en las calles. Adentro, se encontró con una imagen desoladora: contrabajos, violines y un sinfín de instrumentos destrozados. Eran 18 años de historia tirados al barro.
Sin embargo, muchos se las ingeniaron para ayudar y a casi dos meses de la tragedia en el Teatro Colón se realizó un concierto a beneficio para recaudar donaciones. Los instrumentos nuevos ya llegaron a las manos de los chicos, quienes se preparan felices para viajar a Buenos Aires porque serán ellos los que ahora darán un concierto único en el Salón Dorado del Colón como cierre emotivo.
El 7 de marzo, todo cambió para siempre en Bahía Blanca cuando el agua inundó las calles. Recién el 11, Alejandra Hall, fundadora de la orquesta escuela de la ciudad, pudo llegar a Ingeniero White con su equipo. En el medio, muchas horas de agua podrida arruinaron la madera de los instrumentos de la escuela; pocas cosas se salvaron. Alejandra sintió una angustia insoportable por los años de trabajo que habían perdido en un momento. Había que empezar de cero.
“Entró un 1,2 metro de agua. Vimos instrumentos de mucha calidad que nos habían donado cuando la orquesta se fundó, venían de Alemania, eran instrumentos de luthier que estaban literalmente destrozados. Los instrumentos de marcas chinas estaban despegados, y a medida que pasaron los días se empezaron a deformar y a deteriorar más. Empezó el olor a podrido dentro de la madera”, rememora Alejandra en un charla con Clarín.
Entre las cosas que quedaron bajo agua hubo siete contrabajos, un fagot, oboes, flautas traversas, alrededor de veinte violines, nueve violonchelos, atriles y cuerdas que se oxidaron. A grandes rasgos, cuenta Alejandra, calcularon 25 millones en gastos, sin contar los muebles que tiraron, las partituras y toda la biblioteca que tienen que volver a hacer, además de imprimir todo el material bibliográfico nuevamente.
La escuela comenzó a publicar en sus redes sociales fotografías y videos del estado de los instrumentos y compartió un alias para poder recibir colaboraciones. Las publicaciones se llenaron de gente que empezó a ofrecer donaciones de instrumentos e insumos. Los medios locales y nacionales también difundieron la noticia. No pasó mucho tiempo para que la historia de pérdida y resiliencia llegara hasta el emblemático Teatro Colón de Buenos Aires.

La propuesta fue un concierto a beneficio de la escuela, que finalmente se realizó el 6 de mayo. “Para que vuelva la música” se llamó el evento que brindó la Orquesta Académica del Teatro Colón en colaboración con el grupo DESA, que agrupa a las principales empresas distribuidoras eléctricas de Buenos Aires y Salta como EDELAP y EDESA entre otras. El concierto contó con la dirección musical de Juan Miceli, y la participación de dos artistas bahienses: el violinista Xavier Inchausti como solista y el actor y comediante Agustín “Rada” Aristarán como anfitrión.

“Me pareció fantástica la propuesta y súper sostenedora. Nos estaban diciendo ‘levántense que todo el mundo los está viendo y creemos que lo que están haciendo ustedes vale la pena, nosotros los ayudamos’. Ese concierto fue para que el Teatro Colón abriera sus puertas con una entrada muy accesible para todo el mundo: vino gente de todos lados, se llenó y se logró recaudar todo el dinero para que pudieran comprarse todos los instrumentos y los insumos”, cuenta Alejandra.
Video
Así encontraron los instrumentos de la Orquesta Escuela de Bahía Blanca tras las inundaciones
A la emoción de una sala repleta se sumó otra gran oportunidad para la escuela: ya no era solo la recaudación de instrumentos, sino que el Colón invitó a la orquesta de Bahía Blanca a hacer su propio concierto. Por eso es que un selecto grupo de 50 alumnos viajará junto a sus profesores para tocar con sus nuevos equipos en el Salón Dorado. Eso ocurrirá el viernes 18 de julio.
El 28 de mayo recibieron todos los instrumentos que se pudieron comprar gracias al espectáculo, así que ahora comienza la preparación para el show que darán en menos de dos meses.

“Ese va a ser un cierre maravilloso para todos, una reparación emocional que nos da mucha alegría. Nos permite ponernos a ensayar por un fin. No es solo el desafío de aprender a tocar los instrumentos nuevos, sino que es un viaje importante porque es sacar a los chicos de donde están, de los barrios de Ingeniero White, y llevarlos a Buenos Aires, a conocer y tocar en el Teatro Colón”, dice, con emoción, Alejandra.

A la mujer le enorgullece hablar del nacimiento de esta escuela, en donde conviven chicos de 6 a 21 años que encuentran en ese espacio una forma de sanación, de expresión, de aprendizaje. En 2008, Alejandra era una estudiante de conservatorio que un día asistió a un encuentro de orquestas que, casualmente, cerraba en el Teatro Colón.
“Ahí conocí a la gente de la Orquesta Escuela de Chascomús y empecé a investigar lo que eran las orquestas escuelas, a viajar a Chascomús, y ahí me brindaron todos los conocimientos. Cuando se abrió el Programa Provincial de Coros y Orquestas de la Provincia de Buenos Aires -que integran actualmente- surgió el apoyo. Yo ya había presentado el proyecto en la municipalidad y en el programa, diciendo que quería replicar el proyecto de Chascomús en Bahía Blanca”, narra sobre los orígenes.

Pronto su sueño se concretó: ella fue la fundadora y directora del proyecto, y ahora solo se aboca a realizar la coordinación. La escuela creció y hay varias sedes en Bahía. Los chicos mayores de 21 años siguen yendo a la escuela porque sienten al espacio como un segundo hogar, e incluso algunos ya llevan a sus hijos.
“Hacemos música de calidad, enseñamos las producciones profesionales con una trayectoria importante como músicos. Es darle un espacio a los chicos para que no estén en situación de calle. Les damos un instrumento en la mano para que no tengan otra cosa nociva en la mano. Y realmente en estos 18 años que funcionamos se cumple. Nada de esto lo puedo hacer sola, detrás mío hay 18 profesores de primera línea con un nivel humano de generosidad y entrega absoluta a la vocación docente”, comenta.
“La cantidad de gente que se movilizó para ayudarnos, la verdad que a mí me conmueven hasta las lágrimas. Voy a estar agradecida toda la vida porque es emocionante”, concluye Alejandra. Aún quedan muchos trabajos que se requieren en la escuela, además del cambio de mobiliario que se precisa. Siguen recibiendo donaciones en el alias de la Asociación Amigos de la Orquesta Escuela: tren.truco.pan
La solidaridad también pudo ayudar a que 38 organizaciones de Bahía Blanca pudieran recuperar sus computadoras para volver a trabajar normalmente. En este caso, se trató del trabajo de la Fundación Equidad, que en el mes pasado envió a la ciudad de 198 computadoras reacondicionadas en el taller que tienen en Capital Federal. “Este logro fue posible gracias a cada persona y empresa que confía y dona su computadora en desuso, a nuestro equipo técnico, a quienes colaboraron con el traslado y a los medios que amplificaron nuestra voz”, expresaron.