En medio de un escenario social en el que se multiplican los conflictos de orden laboral y los de defensa de derechos, y en una semana marcada por la ratificación del fallo condenatorio contra Cristina Fernández de Kirchner, pasó prácticamente desapercibida la reunión entre el titular de los obispos católicos, el arzobispo mendocino Marcelo Colombo, con autoridades del Hospital Garrahan, que continúan con sus reclamos. En el encuentro celebrado en la sede capitalina de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) plantearon su situación, en la que las demandas salariales y de recomposición presupuestaria no son consideradas por el Estado.
La reunión –que se concretó el pasado 17 de junio– puede leerse como un nuevo respaldo de la institucionalidad de la Iglesia Católica hacia los trabajadores que demandan por sus derechos mientras se conocen declaraciones del presidente Javier Milei, en las que no solo se desentiende de las responsabilidades frente al pedido de médicos, residentes y personal administrativo del hospital, sino que deja de lado toda posibilidad de un acuerdo que no sea en los términos impuestos por los funcionarios de La Libertad Avanza.
Según la información de la Conferencia Episcopal, hasta la sede de la CEA y en nombre de las y los trabajadores del centro asistencial llegaron Mauro García, Coordinador médico de UCI 45; Myriam Guitter, Jefa de Clínica del Servicio de Oncología; Milagros Saldías, psicóloga del Servicio de Salud Mental; Paloma Bodas, residente de cuarto año de clínica pediátrica y Pedro Rino, coordinador médico del Área de Emergencias.
Fueron recibidos allí por el presidente Colombo y, de acuerdo a la información emanada de la CEA, “el diálogo giró en torno al conflicto que atraviesa el hospital y la urgencia de una recomposición salarial”. En contacto con Página/12, el presidente del episcopado subrayó la importancia del encuentro al que calificó de “muy distendido y cordial” y como gesto solidario hacia quienes luchan por sus derechos.
Colombo recordó que, tras recibir de forma directa información respecto del reclamo de médicos y residentes del Garrahan, junto con el Secretario General del Episcopado, obispo Raúl Pizarro, el pasado 6 de junio enviaron una carta “al personal médico y de apoyo” para expresarles “nuestra cercanía fraterna” y se pusieron a disposición “para extender a través de nuestra voz, un pedido tan justo como impostergable”. En la misma carta los obispos también expresaron “nuestra adhesión al pedido que hacen (lo trabajadores) en relación con sus salarios y la situación general de la pediatría en el país”.
Myriam Guitter, Jefa de Clínica del Servicio de Oncología del hospital, una de las participantes del encuentro, dijo a Página/12 que ”pudimos exponer en forma clara y con tranquilidad la grave situación salarial por la que estamos pasando en el hospital tanto los médicos residentes (quienes cobran su sueldo directamente del Ministerio de Salud de la Nación) como los médicos de planta (que somos empleados del hospital)”. Le expresamos al obispo, siguió diciendo, “nuestra angustia y preocupación ante la falta de respuesta gubernamental a ambos conflictos, que se fueron agudizando paulatinamente este último año, y que está ocasionando la renuncia de profesionales formados y la consecuente sobrecarga laboral y estrés para mantener los estándares de atención a los que estamos acostumbrados”.
En su presentación la doctora Guitter subrayó que “todos los pacientes son tratados en igualdad de condiciones, independientemente de su origen socioeconómico” y como parte de las tareas complementarias en el hospital “se capacita personal para trabajar en el ámbito público y privado de CABA como en distintos centro pediátricos del país”. La médica aseguro también que “muchas de las prácticas realizadas en el hospital solamente pueden efectuarse en el Garrahan debido a su nivel de complejidad y al nivel de formación del personal”.
Los visitantes le expresaron al arzobispo de Mendoza que “como resultante de la falta de interlocución con las autoridades sanitarias, existe gran preocupación por la disminución en la cantidad de pediatras que quieren entrar a formarse a la institución, debido a los bajos salarios”.
Desde el episcopado se reafirmó lo ya manifestado sobre la justicia del reclamo y el arzobispo Colombo reiteró, además de su preocupación por la falta de solución al conflicto, la invitación a procurar caminos de diálogo. El presidente de la Conferencia Episcopal le expresó a sus visitantes el “compromiso de acompañar la búsqueda de una solución justa”. Por parte del personal médico del Garrahan, según lo manifestó Guitter, existe agradecimiento por “el pleno respaldo de la jerarquía eclesiástica”.
“Esta reunión es sumamente importante para nosotros –afirmó la doctora Guitter– dado que ayuda a que la sociedad entera tome consciencia de la gravedad de la situación, y nos revigoriza el hecho de habernos sentido escuchados por parte de una institución tan importante para el acervo sociocultural del país”. Mientras tanto el conflicto sigue abierto y a la espera de una propuesta desde el Ministerio de Salud de la Nación, que se encuentra pendiente y ha sido prometida para la semana que comienza.
