Este lunes se supo de la resolución del Ministerio del Interior de Uruguay de prohibir que haya hinchas de Botafogo ante Peñarol en el estadio Campeón del Siglo en la revancha de la semifinal de la Copa Libertadores, partido que por ahora está programado para el próximo miércoles, a las 21.30. Pero ahora todo está en duda.
El gobierno de Luis Lacalle Pou tomó la medida en respuesta a las agresiones que sufrieron los fans del Carbonero en la ida, en Río de Janeiro. Hubo 200 detenidos y más de 20 personas continuaban presas en la capital carioca hasta el lunes a la noche, con gestiones por parte de las autoridades consulares de Uruguay. Aunque la Confederación Brasileña de Fútbol se puso del lado de la dirigencia de Botafogo y le reclamó una gestión a la Conmebol.
La entidad que presidente el paraguayo Alejandro Domínguez reaccionó con el envío de una carta a Peñarol en el que reclama la habilitación de los hinchas visitantes. Además, precisa que ya hay 1.600 torcedores del Fogao en Montevideo, capital del país.
Desde Asunción, le dieron plazo a Peñarol hasta este martes a las 10.00. De lo contrario, la Conmebol le aclaró a Peñarol que puede obligar a jugar el partido sin público o a trasladar la sede a otro territorio, de acuerdo con el reglamento del Manuel de Clubes.
La carta de la Conmebol
La tensión es tremenda y la dirigencia del Carbonero podría realizar gestiones contrarreloj a nivel oficial para evitar la sanción. Además, sus hinchas ya habían agotado todas las entradas (40.000) antes del partido de ida, que ganó el Fogao por 5 a 0.
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